sábado, 30 de julio de 2011

Noruega: la vida no vale nada

Cantaba José Alfredo Jiménez que en Guanajuato la vida no vale nada. Al tiempo algunas voces alarmistas y no pocas santurronas lo condenaban por ser un mal ejemplo para la juventud y una violenta imagen para México: borrachos, matones y mujeriegos. Y eso que sus canciones, en la realidad eran y son de puro vacilón, bravatas de parranda y de amores perdidos que nos gustan a todos. Pero a la hora de la verdad, cuando los muertos se cuentan como sacos de frijol, resulta que donde la vida no vale nada o muy poco, es en los países civilizados como Noruega, lo cual es un hecho actual y documentado.

Sumida en la consternación por sus 93 primeras víctimas en un ataque terrorista, la sociedad noruega comienza a plantearse la necesidad de endurecer la pena máxima de 21 años de prisión previstos por el Código Penal y que será lo que, en caso de condena, tendrá que afrontar Anders Behring Breivik, de 32 años y autor confeso de la masacre en Oslo y Utoya. Es decir, apenas 82 días de cárcel por cada vida que ha segado. Lo dicho, donde la vida no vale nada o muy poco es en Noruega, no en Guanajuato. Por lo menos en nuestro país a un asesino artero y confeso, le endilgan 30 o 40 años de prisión por arrebatarle la vida a una persona. No hay manera de restañar a los familiares por la pérdida violenta y artera de un ser querido, pero castigar a un asesino en serie que actuó con premeditación, alevosía y ventaja y cualquier otro agravante, con menos de tres meses de cárcel por cada ser humano asesinado, me parece inhumano. ¿Hasta dónde la sociedad debe exponer la otra mejilla?

En números absolutos no se compara con las 40,000 muertes atribuidas a la narco-violencia en México, pero llama la atención que de cuando en cuando surjan brotes de ataques a personas inocentes como los perpetrados a los Torres Gemelas en Nueva York, a la Estación de Atocha en Madrid o al Metro en Londres y ni modo de rendirle la culpa al sistema penal de Noruega, cuyas prisiones son modernas y confortables comparadas contra países más represivos, ya que esa nación escandinava ostenta una tasa de criminalidad inferior a la de la media europea. De hecho, las 93 víctimas del ataque del pasado viernes triplica el número habitual de muertes criminales al año en el país y corresponde a la lógica, en cuanto al estatus de seguridad alcanzado en Noruega, expresada por el primer ministro, Jens Stoltenberg, que la respuesta a esta masacre debía ser "más democracia, pero menos ingenuidad".

El autor confeso de los ataques redactó antes de los mismos un "manifiesto" de 1.500 o más páginas y lo publicó en Internet, según ha informado la agencia de noticias NTB. El libro fue publicado con el título “2083: A European Declaration of Independence”'. El texto gira en torno a la "guerra de razas" y la pregunta de cómo puede liberarse Europa de los inmigrantes. Anders Behring Breivik evoca el "uso del terrorismo como un medio para despertar a las masas" y escribe que espera que en todos los países de Europa se genere un movimiento que acabe con los marxistas así como con los musulmanes y sus mezquitas. Independientemente del juicio que merezcan las ideas de este brutal multihomicida, resalta que es un intelectual y que el raciocinio no es consecuencia de la inteligencia, así como la ignorancia tampoco lo es de la brutalidad. Desconcierta que se pierdan así algunos patrones de conducta tales como que la pobreza sea causa que genere actos de barbarie o como que en ambientes de vida holgada no sea esta la causa que genere sus propios monstruos.

Como quiera que sea la vida transcurre entre el conflicto y la esperanza, lo mismo en América que en Europa o Asia y no digamos de los olvidados de África. Apenas he pisado suelo en Madrid y nos sacude el crimen colectivo de Noruega, un matricidio en España y el posible suicidio de la joven cantante británica Amy Winehouse, de 27 años. La intérprete de soul tenía, por lo que se dice, una corta edad con un largo historial de problemas con el alcohol y las drogas. Y bueno, ni que decir de la sequía que vive actualmente el Cuerno de África, la peor desde hace 60 años, que amenaza a 12 millones de personas en Somalia, donde la hambruna ya ha sido declarada oficialmente, además de Kenia, Etiopía, Djibouti, Sudán y Ouganda. Una pequeña parte de lo que se gasta en el mundo en armas, ¿no podría asignarse para matar al hambre en África? Al hombre le fue dado inteligencia pero no razón.

Tropezon
La Maestra ha declarado públicamente, que solo el sindicato que la puso, integrado por un millón de maestros, es el que la puede quitar. Y que, los padres de familia, que por lo bajito suman más de 10 millones de personas y que son los perjudicados, ¿no cuentan? Y el gobierno que le paga su sueldo con los dineros del pueblo, ¿tampoco cuenta?

Madrid, Julio del 2011


Columnista

sábado, 23 de julio de 2011

Dinero negro: mota en el desierto

En días recientes se difundió por todos los medios el “descubrimiento” de 120 hermosas hectáreas de marihuana, con sus plantas verdes y frondosas y que en algunas secciones alcanzaban la altura de dos metros. Seguramente usted las vio, amable Lector, probablemente acongojado por un sentimiento de admiración en cuanto a lo que la mano del hombre puede lograr y, al mismo tiempo, apenado por la destrucción de cuantiosos recursos económicos y humanos, ya que ese vergel, efectivamente, fue destruido y con ello una fuente inspiradora y afrodisíaca, según cuentan con lágrimas en los ojos quienes con moderación o desenfreno la han consumido. No piense mal, nunca se debe discriminar a las personas: así como se tiene amigos políticos también se tienen motorolos. Allá ellos.

Ese hermoso plantío de marihuana es increíble al menos por un par de circunstancias: la primera es que nunca antes haya sido detectado cuando registra una extensión considerable y, hasta donde las autoridades nos presumen, todo el país está fotografiado, hectárea por hectárea y en muchos casos calle por calle y los respaldos están en el INEGI y en el segundo caso se pueden ver por GOOGLE. Es más, seguramente el país entero, incluyendo mares y subsuelo, está fotografiado vía satélite por la CIA (Central de Inteligencia Azteca) y nadie, hasta hace poco, lo había visto; la segunda es que está desarrollado como un auténtico oasis, literalmente en el medio del desierto, rodeado de la impresionante monotonía y mortal sequedad de las arenas, una mancha verde de considerable extensión que en pocas horas fue destruida. Lo verde es vida y más en el desierto. ¿Qué dirán los ecologistas?

Ironías aparte, el hecho es que lo ocurrido induce a reconsiderar algunas situaciones que afectan al país. La plantación de la dormidera, desde su planificación, construcción de pozos profundos para extraer agua, sistemas de riego, selección de semillas, sembrado, fumigado, cultivo, cosecha, transporte aéreo, laboratorios para procesar y transformar la plantita en drogas potenciadas o simplemente en yerba para armar carrujos al gusto y el mantenimiento de redes de distribución, que requiere de una lana adicional para sobornar a quienes traten de entorpecer el libre flujo de circulación de la droga hasta el consumidor, lleva, explícitamente, el apoyo de recursos humanos inteligentes, capacitados, es obvio, en universidades y tecnológicos públicos y privados del país y del extranjero; de recursos humanos campesinos que son arrastrados a dichas actividades por su ignorancia y pobreza; de cuantiosas inversiones que rebasan, solo en este caso, los mil millones de pesos estimados para las 120 hectáreas desarrolladas; La oferta crea su propia demanda.

Pero que podría pasar si se legalizara la producción y consumo de marihuana. En primer lugar, el monto de las “inversiones” por unidad agrícola, disminuiría, puesto que se produciría en lugares más adecuados y no en el desierto; las redes de distribución ya no requerirán una lana para el soborno; el número de “agricultores” empresariales aumentaría y los campos mexicanos se adornarían de amapolas, como en Holanda de tulipanes; el gobierno cobraría impuestos y se crearían nuevas fuentes de empleo permanente que cotizarían al IMSS y los empleados de mayor rango pagarían seguros y hospitales privados, entre otras cosas. Sin embargo, ya no sería un gran negocio porque la oferta sobrepasaría la demanda, por lo menos interna. Sin embargo, mediante buenos acuerdos internacionales se abrirían nuevos mercados para exportar mota igual que café o azúcar. La verdad no siempre suena bien.

Por el lado del consumo debería de pasar lo de siempre. La gente consumiría mariguana igual que consume alcohol: los más son de consumo moderado, otros se autocalifican de bebedores sociales, algunos son de recio copeo, y los menos son borrachos de banqueta. Pues así pasaría con los fumadores de mota, con la ventaja de que no combinarían como los bebedores, el alcohol con la velocidad que enluta tantos hogares. Los motos extremos estarían oscilando en medio metro cuadrado, con la vista adormilada, una v en cada mano y una oración en la boca: ¡amor y paz, güey!

Columnista

sábado, 16 de julio de 2011

El Seguro Popular: una esperanza

La inequidad social ha sido una constante desde que México es México. Algún día investigaré como era antes, en los tiempos de los mayas y aztecas y le contaré. Por ahora, de entonces para acá, sólo se ha visto que los de abajo cada vez se hunden más y en cada recuento aumenta su número. Desde la Revolución hasta la proletización actual, han transcurrido 100 añitos y la población en ese tiempo fue infectada por el síndrome de eros según se puede apreciar por su crecimiento que pasó de 15 millones de habitantes en 1910 a 110 millones en el 2010 ¡más de 7 veces! Dicen que antes, por lo menos había para comer, cosa que no es creíble porque si no, no hubiera estallado una revolución que consumió algo más del 6% de sus habitantes, un millón de hombres y mujeres en plenitud de vida, que abonaron con su sangre la esperanza de lograr un país mejor para sus hijos y los hijos de sus hijos. Si esa guerra fraticida hubiera sido hoy, empleando las armas de ese ayer, los muertos hubieran sumado más de 7 millones. El gobierno dice que estamos en guerra y los que llevan las cuentas cuentan que ya van 40,000 difuntos, cifra que es una expresión inaceptable de brutalidad. ¿Se imagina usted una matazón de 3, 5 o 7 millones de personas? ¿Y se imagina usted, apreciado Lector, que la causa no fuera por el narco si no como antes, por la pobreza?

La inequidad socava la esperanza y la paciencia. En 1910 había en las ciudades del país, en todas, menos de 2 millones de habitantes y en el campo los otros 13 millones que, con apuro, le apretaban a la tierra y obtenían frijolito y maíz para comer. Hoy, en las ciudades, vive (?) cerca del 80% de la población, es decir, ¡86 millones!, y en las ciudades no hay tierra ni trabajo suficiente, ni escuela para todos ni mucho menos seguro social para más de la mitad de las familias y ni modo de comerse el pavimento o el cemento que si abunda. Esto si que es un gran problema. La concentración urbana y la falta de empleo digno, bien remunerado y con oportunidades para todos, pone en un serio riesgo la estabilidad del país. Por si fuera poco, los campesinos, que en teoría deben producir alimentos en proporción de 5 a 1 (uno para ellos y cuatro para las ciudades), están igual de pobres y fregados que los obreros y desempleados de la ciudad. Ya, de remate, se puede entender así las enormes importaciones de alimentos que efectúan el gobierno y los que hacen negocio. Así están las cosas: México es un país muy grande y está sentado sobre un polvorín, sus ciudadanos aguantan y aguantan mucho, no como otros que se dice que son de mecha corta. Pero hay límites.

En justicia, hay que señalar también, que de cuando en cuando surgen acciones importantes que atenúan las inequidades que cercenan las oportunidades de desarrollo de una nación. Así como la falta de empleo y de educación son factores claves de desarrollo, también lo es la falta de seguridad social. Al respecto, 55 millones de mexicanos carecen de ella. El simple conocimiento de estas cifras producen dolor e impotencia, coraje ante la falta de solidaridad de un pueblo que se une en la fiesta pero que da la espalda al dolor, decepción y tristeza cuando se escuchan expresiones prepotentes como “de que lloren en mi casa a que lloren en la tuya, mejor en la tuya”. Bueno, por el lado de la salud, es de esperarse que las acciones del gobierno con la implementación y profundización del Seguro Popular, contribuyan de manera eficaz y permanente, a que en las casas de los mexicanos no haya motivos para llorar. Que dicho Seguro Popular, que es el centro de la temática que venimos relatando, se constituya en una gran esperanza para fortalecer la salud de las familias mexicanas. Por lo pronto, las personas que lo han venido experimentando, están a gusto. Inscríbase en un centro de salud.

Claro, no todo esta de maravilla. Habrá que seguir avanzando porque aún hay muchos pendientes y aunque la meta es que cubra la mayoría de las enfermedades, hoy en día el seguro popular no cubre problemas cardiovasculares, diagnóstico y tratamiento del cáncer, trasplantes, diálisis, enfermedades vasculares del cerebro y lesiones graves; tampoco tiene hospitales propios y entre tanto el asegurado se puede atender en las clínicas de salud del estado o en las clínicas de la federación aunque, según el gobierno federal, existen más de 600 hospitales en obra negra, que podrían funcionar con los recursos del seguro popular además de 4 o 5 hospitales regionales de especialidades ubicados en Tamaulipas, Chiapas, Mérida, Oaxaca y el del Bajío con sede en León. En este seguro, el gobierno federal aporta casi el 70% de los recursos, los gobiernos estatales más del 20 y el resto, las familias.

Hay otros detalles que habrá que ajustar en el camino. Por ejemplo, se prevé una gran vulnerabilidad de los presupuestos estatales, ya que el presupuesto federal fluirá hacia los Estados en función de la cantidad de familias aseguradas y por lo tanto, el que registre más afiliación, será el que reciba más presupuesto. En el Estado de México se están sobando las manos. Otro detalle que puede hacer inviable el Seguro Popular, son los requerimientos presupuestales para financiar la construcción de hospitales, equipamiento, médicos y medicinas, que irán creciendo conforme se abarquen más servicios y enfermedades. ¿De dónde se va a sacar la lana? Pues no hay de otra, de los recursos fiscales, de los que pagamos todos. Y habrá que hacerlo aunque se sacrifique el gasto público en otros rubros. Por eso hoy, el Seguro Popular es una gran esperanza. Ojalá que lo hagamos una gran realidad.



Desde aquí, con su permiso amable Lector, envío un cariñoso abrazo a mi nieto Santiago que antier cumplió dos veloces años. Está muy lejos de nuestra tierra pero muy cerca de mi corazón.







carlosricalde@elquintanarroense.com



Columnista

sábado, 9 de julio de 2011

El Voto Negro

En los últimos tres sexenios, la propaganda electoral ha manipulado el voto del ciudadano hacia un determinado candidato, por la vía del temor, del miedo a la pérdida de las pocas, pero importantes, conquistas populares. Así llegó Zedillo tras el asesinato de Colosio; Fox ante el hartazgo y la corrupción priista; Calderón en vez de López Obrador al que calificaron de un peligro para México. Hoy, después de 12 años de pobreza, desempleo y muerte, se vislumbra el regreso del PRI a la Presidencia de la República. Sin duda, la alternancia sería un excelente indicador de madurez política, pero no en México, aquí es producto de la tranza, del cochinero electoral, del intercambio de favores, del dispendio de los recursos públicos, de la pobreza e ignorancia del pueblo, de una democracia inexistente, de un ausentismo de electores del 57%. Este es el voto negro: el de los votantes que lo hacen por miedo a otorgar el poder a la oposición y el de los que no votan porque no creen y su abstención se vuelve mensaje de luto.

En una democracia madura el objetivo partidista fundamental es hacerse del poder para implementar su programa de trabajo en bien de la mayoría, no en buscar alianzas con el diablo para impedir que un determinado partido se haga de ese poder. ¿Es nuestra democracia participativa y plural? Lo que se evidencia muestra otra cosa: es participativa pero grupal; la ideología y los programas se supeditan a las alianzas para sumar votos; el poder se negocia y reparte en las cúpulas (Acuerdo Gordillo-Calderón); los órganos electorales dependen de los partidos; la mayoría de los electores se ausenta de las urnas y el que gobierna se impone con una minoría. Ejemplo: Eruviel Avila obtuvo el 62% de los votos ejercidos, con lo cual se ve excelentemente arropado por la ciudadanía; sin embargo, respecto del padrón electoral sólo equivale al 26% de los posibles electores. Es decir, Eruviel va a gobernar con el apoyo de 2.8 millones de mexiquenses y, en principio, con la oposición y desinterés de ¡7.8 millones de sus paisanos! Los que no votaron fueron más de 6 millones de personas. ¿Diógenes, donde está la democracia?

Los priistas en el Estado de México están de fiesta, pero en todo caso van a celebrar que conservaron una vez más el poder y que se robustecen sus aspiraciones para gobernar al país del 2012 al 2018 con una minoría, pero seguirán debiendo al pueblo una verdadera fiesta cívica donde se celebre un nivel, digamos, del 90% de votantes participativos. Por lo pronto, los ganadores restan importancia a este evidente y luctuoso repudio de las mayorías que no votan y que, en la práctica, se vuelven votos, aunque sean negros, a favor del candidato ganador.

¿Qué sigue después de esta tan observada votación en EDOMEX? Que Calderón, en su muy personal estilo de combatir el fuego con el fuego, impulse una elección de Estado, sin aliarse con el PRD y volviendo al ataque que inició en el 2009 acusando al PRI de ligas con el narcotráfico; que capture votos refrendando sus acuerdos con Elba Esther o que de una buena vez la desplace del liderazgo magisterial y gane simpatías populares por ello; que el PRI meta el acelerador a fondo haciendo uso, como sabe hacerlo, de los recursos públicos en los Estados que gobierna y que son la mayoría, para fortalecer la imagen de su candidato y que el PRD, antes de las elecciones, asegure con autoridad que las encuestas en su contra sobre la intención del voto no tienen importancia, que la verdad se verá en las urnas y será a favor de ellos. Después de las elecciones recorrerán el país diciendo que las elecciones que perdieron fue a causa de que las encuestas condicionaron e influyeron el sentido del voto ciudadano y que impugnarán los resultados y echarán abajo la elección. El IFE y el TRIFE perderán el poco prestigio que les queda. Lástima, nunca llegó a ser un poder ciudadano, que para eso se constituyó.

Eso sí, la batalla será dura. El PRD luchará por reposicionarse a los niveles que alcanzó a finales del gobierno de FOX, algo que hoy, se ve muy lejano; el PAN-Gobierno hará todo lo posible porque el PRI no regrese y el PRI regresará porque, aunque muchos no lo crean, el pueblo sigue siendo priista. No es de derecha ni de izquierda, va por el centro. Fiestero aunque se tenga que empeñar; Guadalupano aunque se pospongan los milagros; priista aunque se dosifique el progreso. Voto negro en todo caso.

Columnista

sábado, 2 de julio de 2011

Sicilia: un clavo ardiendo

No cabe duda, en política, los muertos gozan de cabal salud y los más vivos, rozagantes y sanos, de sopetón y porrazo, se quedan tan fríos como un pingüino. Sin pensarlo mucho, las apuestas al negro futuro político del PAN, están a punto de dar un vuelco de fantasía y ello no será por otra cosa que por el resultado de la entrevista-diálogo en el Castillo de Chapultepec en la que el Presidente se agarró de un clavo ardiendo marca Sicilia que, si lo manejan políticamente como es de esperarse, los candidatos presidenciales de la oposición pasarán a segundo plano y el candidato del PAN se llevará todos los millones de votos que en la junta del Cerro del Chapulín, el Ejecutivo Federal empezó a ganar.

El gran problema que destroza al país, es que la verdad está perdida, nadie cree en algo, por minúsculo que sea y la duda y desconfianza se pavonea a los cuatro vientos. Sicilia asegura que no tienen intereses políticos y sin embargo se ha convertido en un instrumento político en el instante mismo en que él y sus compañeros establecieron contacto público con el Poder Ejecutivo, un contacto que rebasa la estructura institucional de un país democrático. El pueblo debe y puede expresarse a través de sus representantes en los Congresos de los Estados y de la Nación, pero los que ahí dormitan no representan a nadie y la prueba está en que un grupo de ciudadanos exige participar con el Ejecutivo en cuestiones de seguridad pública, por lo pronto. Tampoco creen en el Poder Judicial según lo hacen ver los dramáticos reclamos de justicia como el de la señora María Elena Herrera a quien no se le da razón de cuatro de sus hijos desaparecidos, viuda por esa causa y sufriendo, por si fuera poco, por sus nietos sin padre. Imposible no conmoverse ante el demoledor estado de dolor que aflora de la señora Herrera. Imposible creer en la buena fe de las autoridades y en su labor eficaz y profesional para resolver esos casos y erradicar el crimen. Se pierde la verdad y con ella las instituciones.

¿Qué hacer cuando todas las partes defienden su razón? Sicilia reclama al Presidente que se lanzó a una “guerra” contra el crimen organizado sin estar preparado para ello. Por principio –le señalaba al Presidente- usted estaba equivocado al pensar que los malos estaban afuera (del gobierno) y los buenos adentro, cuando en las propias instituciones públicas hay tantos malos y corruptos como a los que se combate en las calles; en la nómina de los cárteles –se mencionó y se sigue mencionando- se registran desde policías hasta jueces, pasando por curas y militares y las acciones criminales no se constriñen al narcotráfico, también crecen los agravios relacionados con el secuestro, asaltos a casas y robo de autos, tráfico de personas, trata de blancas y pornografía infantil, entre otros gravísimos delitos que tienen al ciudadano en zozobra. Y el Presidente se defiende a rajatabla explicando que no puede esperar a reestructurar las instituciones públicas para defender a la ciudadanía y a los pueblos de los ataques que se mencionan y que, si solo tuviera piedras, piedras le aventaría a los criminales. Dijo también que no dará ni un paso atrás en el combate a la delincuencia con todos los medios a su alcance y que mantiene la puerta abierta para discutir cualquier otra forma de combatirla. ¿Qué hacer? Pues a jalar en paralelo, seguir repartiendo culatazos y encontrar otras estrategias, todo al mismo tiempo. No hay de otra.

En fin, la verdad se esconde y las medias verdades afloran. La flagrancia con Hank no existe pero si con la joven veinteañera que se “clava” una prenda de ropa en el super, que la suben a una patrulla, la encarcelan y exhiben su foto en la nota roja. El fuego se combate con gasolina en vez de hacerlo con agua. Las estadísticas que “demuestran” que el crimen va perdiendo terreno ignoran el dolor de las víctimas sobrevivientes. El abrazo de Calderón a la señora Herrera le roba el corazón a los mexicanos y antepone un velo a la ineficacia o contubernio de las fuerzas de seguridad. Tajantemente se niega la autodefensa contra los talamontes en el pueblo de Cherán (Michoacán) o contra los zetas en Tubutama (Sonora) porque contraviene a la Ley aunque nadie los defienda. El gobierno es el interlocutor de la ciudadanía pero es un interlocutor sin autoridad (una juez derrumba en Tijuana una flagrancia atajada por militares). A buen palo se arrima Sicilia y su movimiento por la paz que se han convertido en un clavo ardiendo para las aspiraciones panistas de conservar la presidencia en el 2012.

Y así es, el PAN-Gobierno ha recibido una tremenda oportunidad para recuperar terreno con miras a las elecciones presidenciales. Lo que verdaderamente cuenta es encontrar una veta emocional en la percepción del pueblo. Fox la encontró en el hartazgo contra el PRI (“Hay que sacar al PRI de los Pinos”); Calderón contra el miedo popular a López Obrador ("Es un peligro para México”); y, como seguramente ocurrirá, el Presidente Calderón hará suyo el movimiento de Sicilia, abanderará sus justas exigencias, se sumará al frente de la próxima caminata –usted lo verá- y solucionará, así sea a tehuacanazos, en los próximos tres meses, los reclamos más evidentes como los asesinatos de los hermanos de Julián LeBarón que, ni modo, así es la percepción colectiva y el pueblo no se equivoca, se convertirán en millones de votos a favor. Pese a tan oportuno movimiento, hay una pieza que no encaja y puede mandar el gozo al pozo: ¿Dónde están los desaparecidos? ¿Cómo se podrá explicar?

Aunque por ahora la mayoría de los analistas expresen a través de los medios su beneplácito por la reunión de Chapultepec e, incluso la califiquen de histórica y el inicio de la reconstrucción de la paz y el tejido sano de la sociedad, razones válidas, deseables y plausibles, no hay que perder de vista que en cosas de política nada es casual y que la próxima justa electoral, los lemas de campaña podrían decir algo así: “PRI-PRD-NARCO: ALIANZA CONTRA MEXICO”, (si el PAN va solo); o entuertos como “PAN-PRD UNIDOS CONTRA EL NARCO-PRI”, (si unen fuerzas). Nuevamente se avizora el recurso político del terror en contra de la población. El voto negro viene de vuelta.





Columnista