sábado, 26 de marzo de 2011

Q. Roo: Gobernador a la vista

El Territorio de Quintana Roo fue constituido por obra y gracia del General Porfirio Díaz el 24 de noviembre de 1902 y en ese carácter transitó la vida de los quintanarroenses, alejados de todo y de todos, aislados pero felices y como no, si el paraíso era sólo de ellos. Yo vivía en Mérida y, en ocasiones, siendo adolecente, acompañaba a mi padre a su trabajo. Me fascinaba. Hoy en día cuando el recuerdo de los campos chicleros me atrapa, mi fascinación es aún mayor. Ese era el trabajo de mi padre, chiclero. Organizaba la producción de los campamentos de Kantunilkin, Solferino y Chiquilá. En aquellos años veníamos en un camión desde Mérida cargado de víveres para los hombres de los campamentos, literalmente sumergidos en la espesura de la selva durante todo el tiempo de la temporada de lluvias; pasando X-can el camión abandonaba la carretera asfáltica y se adentraba hacia Kantunilkin en un camino de terracería. En ese poblado se cargaba una tanda de víveres a lomo de mula y tomando el paso por estrechas veredas, a lomo de caballos, continuábamos el viaje hasta Solferino. En esta población se volvían a dividir los víveres y se trasladaban hacia Chiquilá a través de una vía de rieles donde un truck era tirado por mulas. Para quienes no lo sepan, el truck es una pequeña plataforma con ruedas de ferrocarril.

Los chicleros abrían en tajos diagonales los árboles de chicozapote provocando así el escurrimiento de la savia que era recogida en la base mediante una bolsa de cuero. El contenido de esas bolsas se vaciaba en peroles de gran tamaño para cocer la savia o sicte como era conocida, misma que posteriormente se vaciaba en contenedores de madera y al enfriarse se desprendía en bloques que, eran más grandes que un tabique pero menor a un block de los que son usuales en la construcción de una casa. Esta producción se embarcaba ya sea por Puerto Juárez o Puerto Morelos en barcos de cabotaje y trasladada hacia el Puerto de Progreso, en Yucatán, donde en barcos trasatlánticos era llevada a las fábricas de los Estados Unidos las que le daban diferentes usos a la resina del chicozapote, entre ellas, la fabricación de gomas de mascar que nos devolvían con la marca de Chiclet’s Adam´s. Lo mismo que ahora: les vendemos el petróleo y les compramos gasolina. Uno de los grandes agasajos de la época era cuando en las fondas de Puerto Juárez, a la orilla del mar, mi padre pedía para mí un filete de caguama que era una delicia entre las delicias y el sabor de su carne semejante a la del venado. Hoy, por ambas atrocidades, sería excomulgado por las sociedades ecológicas. Y, pues ya picado contando tales maravillas, les diré que los mismos jóvenes que cargaban el chicle en los barcos atracados en el muelle de Puerto Morelos, se arrojaban al mar y ahí mismo (si, leyó usted bien), ahí mismo –repito-, sacaban caracoles, les cortaban la punta y extraían el caracol, le exprimían el jugo de un limón y nos lo comíamos en trozos ¡Que tiempos aquellos! Sin duda era el paraíso, la modernidad arrasó con todo, nada queda, si acaso, las huellas orgullosas de algunos chicozapotes que usted puede observar en algunos árboles sobrevivientes en algunos parques y jardines de la ciudad de Cancún.

Pero que tal, con más obra que gracia, llegó el Presidente Luis Echeverría y, el 8 de octubre de 1974, convirtió el Territorio en el Estado número 30 de la República. Es casi el xtup de la familia, apenas un joven de 36 años, pero no por ello uno de los Estados consentidos de papá gobierno aunque si, con mucha honra y agradecimiento, de todos los hermanos de la República. En tan corto tiempo, el panorama del Estado ha cambiado dramáticamente y lo mismo que ha crecido en lo bueno, se ha agrandado en lo malo. ¿Quiénes han sido los responsables? ¿Quiénes han tenido el control en sus manos? Felizmente, los del patio, ahí están todos, viviendo el proceso inevitable de la historia que, como Estado, se empieza a escribir desde el 5 de abril de 1975: han gobernado Quintana Roo 3 cozumeleños (y ya toca la puerta un cuarto), Pedro Joaquín Coldwell, Miguel Borge Martín y Félix González Canto; tres chetumaleños Jesús Martinez Ross (el primero), Mario Villanueva Madrid y Joaquín Hendricks Díaz. El 5 de abril, cuando tome posesión el nuevo gobernador, Roberto Borge Angulo, se habrá roto el empate entre cozumeleños y chetumaleños, a favor de los primeros. Otro joven treintañero como Pedro Joaquín. Precocidad isleña.

 

Sin embargo, Roberto Borge tendrá que agigantarse en su gestión, ya que el contexto, la perspectiva y la problemática que hoy enfrenta, es mucho más compleja de la que en su tiempo enfrentó Pedro Joaquín, a quien de ninguna manera pretendo restarle méritos. Parecería que Pedro asumió el timón con la mar en calma y los vientos a favor, en tanto que Roberto tendrá vientos encontrados, la mar muy picada y tiburones muertos de hambre a babor y estribor. Mire usted, apreciado Lector un par de cifras: en 1980, años de Pedro Joaquín, la población de Quintana Roo era de ¡225,985 habitantes! y el presupuesto del Estado rondaba en 6% del PIB; para el año 2010, dicha proporción fue apenas del 1.3% con una población de 1,325,000. Para colmo de males, en la época de Joaquín la población era de un tercio de hombres por 2 tercios de mujeres (aún quedaban flores en el paraíso) y la composición que le toca a Borge es más o menos una por uno. Resumo: el país crece, en los últimos años, a una tasa del 1.4% en tanto que Quintana Roo lo hace al 5% y sus ingresos presupuestales, reales, disminuyen el 3.7% anual. Si esto sigue así, estamos sentados en una bomba de tiempo. Y sólo se puede desactivar aumentando la recaudación pública e invirtiéndola mejor.

 

En la época del primer juvenil cozumeleño fluyó a chorros la inversión en infraestructura de la zona norte y con ella arribaron ríos de gente que al final de su sexenio oscilaban en los 450,000 habitantes y con ello todo tipo de negocios e inversiones, públicas y privadas, derivadas del crecimiento explosivo de Cancún; el nuevo y también bizoño Gobernador, tendrá que resolver la tensión social, económica y política resultante de una población que ha crecido de manera inobjetable, real, cuyas necesidades se expresan todos los días, confrontada con unos ingresos que, también medidos en términos reales, han decrecido. Lo dicho: habrá que hacer más con menos recursos y necesitará de un gran equipo, comprometido con el bienestar de la población, con lealtad a toda prueba y con vocación de servicio ciudadano antes que servirse de él.

 

Desde Don Venustiano Carranza, en su Exposición de Motivos al declarar la instalación del Congreso Constituyente en Querétaro, un diciembre de 1917, hemos estado oyendo: “Al Estado corresponde buscar en el bien de todos, la prosperidad de cada uno”. Así está establecido –repito- desde la Constitución de 1917 y en ello radica la guía para gobernar con equilibrio respondiendo a las esperanzas y aspiraciones de todos los miembros de la sociedad, apegándose al principio de solidaridad sobre el que deben descansar todas las Instituciones. Don Roberto Borge Angulo tiene la responsabilidad y el timón en sus manos. Es el Gobernador número 7 del Estado. Es el número de la suerte, así que se trata de una buena apuesta. Al tiempo.

lunes, 21 de marzo de 2011

JACARANDAS DE QUERETARO

Jacaranda, Flor de Querétaro,
Iris suave y emotivo, sugestiva, elegante,
Desmayada sobre el fondo negro de tus ramas.

Jacaranda, flor de invierno en abril,
Lunario natural que omite
El nimio calendario de los hombres.

Jacaranda, que despides el invierno
Y el duro cierzo en sorpresivo parpadeo,
Anunciando el florido cosuelo del renacer.

Jacaranda, que desnuda ante mis ojos
Te cruzas como parvada danzarina,
En el camino que a diario atisbo.

Camino que tus pétalos en el aire,
En el agua y en el piso, convierten en recuerdo
Un espacio donde tú, estando siempre, no estabas.

Sendero que el matiz de tus cálidos colores
Vuelve canción, romance, promesa,
Ensoñación queretana de añejo suspirar.

Jacaranda, espigas de color… ¿de que color?
¿Cómo llamar al color de tus pétalos?
¿Con que tono el donaire y la gracia se pintan?


Querétaro, inspiración azul a cielo abierto,
Cantera rojiza que a la distancia fascina,
Misterio colonial en tus calles y muros y cúpulas.

Acueducto centenario, monumental, que a su vera
Preñado es de espontáneas jacarandas
Que aletean coquetas, acicaladas, perfumadas.

Santiago de Querétaro, también llamarte
Quisiera, ¡Querétaro de las Jacarandas!
Amparo te da Santiago y elegancia tus efímeras flores.

¿De que color eres, misteriosa y fugaz Jacaranda?
El lila como emblema no te queda;
Como divisa el morado, muy lejos;

Un cándido azul suave, mucho menos.
Que Dios nos ilumine porque no hay color para ti.
Algo justo bullirá por tan prolongado olvido

Y ello es, que no habiendo color para tu flor,
Póngase entonces tu nombre al color
Y ofíciese, a partir de hoy, ¡el color Jacaranda!

Carlos E. Ricalde Peniche
Santiago de Querétaro, abril 27 del 2010.


sábado, 19 de marzo de 2011

Energía Nuclear y Mutación Humana

Otra vez la amenaza de la energía nuclear toca a nuestra puerta y despereza miedos, impotencias y alertas del entendimiento. El desconocimiento de la ciencia física nos genera dudas que van desde curiosidades técnicas como saber en que consiste un proceso de fusión en el núcleo de una planta nuclear, acéptese la redundancia, hasta la invasión de dudas incuestionablemente terroríficas, como la mutación de la especie humana hacia engendros monstruosos y degradados. ¿Qué aspecto tendrán los nietos de los nietos de nuestros nietos? ¿El afán por mejorar las condiciones de vida del género humano, en la práctica acelera su destrucción? ¿Progreso significa retroceso? Porque tanto más espectaculares son los descubrimientos de la ciencia, tanto más son las consecuencias destructivas para la humanidad.

Las dudas sobre los beneficios reales del uso pacífico de la energía nuclear, nos asaltan individual y colectivamente cada cierto tiempo, en particular cuando se asocia a una desgracia; pero la experiencia acumulada en cuanto a sus pocos beneficios o muchos si fuera el caso, no compensan una sola de las miles y miles de muertes o de los sufrimientos de los incontables heridos y familiares que sobreviven a los “accidentes” ocurridos en la práctica. Para que ha servido el descubrimiento de la energía nuclear, ¿para reventar dos bombas atómicas a los pueblos japoneses de Hiroshima y Nagazaki?, Para poner en jaque a una vasta región conformada por Bielorusia, Ucrania y Rusia a partir de la desgracia de Chernóbil? ¿Para recrudecer los temores, hoy en día, de la población mundial por el lamentable suceso de la planta atómica de Fukushima? ¿O para su costosísima instalación y lucimiento de políticos en aras de ostentar liderazgos en “tecnologías de punta” que, en realidad, apenas aportan un precario 5% al consumo de energía mundial? Las fuentes de energía que hoy nos aportan calor, frío, luz o movimiento artificial, básicamente son hidráulicas y petrolíferas. Estas últimas son sucias y contaminantes y al tiempo deberán ser sustituidas pero no por energía nuclear que se considera limpia y no contaminante… ¡a menos que reviente un reactor!, si no por otras fuentes como la solar, eólica o mareas, antes de que las radiaciones nos alcancen.

El progreso compulsivo y a toda costa, sin medir consecuencias por obtener una ganancia, ya sea económica o política o estratégica, es muy cuestionable ante las evidencias negativas. Además de las radiaciones por accidentes nucleares, año con año la humanidad queda expuesta a los grandes desastres derivados del cambio climático y a una radiación solar, cada vez mayor, tan grave o más que la atómica, a causa del “progreso tecnológico” que está destruyendo la capa de ozono, paraguas crítico para la conservación de la vida en la tierra. Y algo más, el tsunami que arrasó con extensas áreas de Indonesia, Samoa y la India, entre otras naciones, no pasó de la pena mundial por las miles de vidas y bienes materiales que se perdieron, total, solo afectó áreas subdesarrolladas o muy pobres. Pero que tal el tsunami de ahora, que afectó la tecnología y símbolo de poder y riqueza de países desarrollados, simplemente mandó a la segunda fila las pérdidas de vida en Japón, como si no hubiera pasado nada, concentrándonos en la avería de Fukushima que a todo el mundo puso a temblar. ¿Para esto sirve el progreso? ¿Para olvidar las pérdidas humanas? Lo dicho: el capital no tiene corazón.

La evolución es el camino de la naturaleza para la perfección de todas las especies y en particular la humana. La mutación, como se está dando, es la sanción que recibe el hombre por alterar el curso de la naturaleza. Esta claro que no existe algo para siempre, todo tiene principio y final, excepto, quizás, el espacio y el tiempo, pero la tierra, la casa que vivimos, se deteriora muy rápidamente por la acción de la mano del hombre que no mide consecuencias.

La radiación no se ve ni se huele, pero sus efectos son destructivos. Despide al menos 60 contaminantes. De inmediato impactan con efecto dominó el yodo radioactivo que altera la tiroides y los genes; el estroncio 90 que destruye los huesos y el cesio que marchita la masa muscular. Todos afectan las defensas inmunológicas y exponen al organismo a sufrir afecciones de cáncer y otras patologías. Pero estas consecuencias de la radiación atómica, es solo lo que se muestra en la superficie, lo más grave de todo, lo apocalíptico, es que dichas radiaciones intervienen en el proceso de división celular provocando mutaciones en el ADN, pasándose estos cambios degenerativos de generación en generación por cientos o miles de años, según refieren los especialistas. Considere, estimado Lector, el siguiente ejemplo: los espermatozoides se regeneran cada 90 días, de modo que el que es afectado desaparece en dicho lapso, pero los óvulos permanecen todo el tiempo en los ovarios, por lo que si alguno es fecundado, resultará en una malformación.

Le dejo un dato para la reflexión: en México, país de 110 millones de habitantes, tenemos una planta nuclear (Laguna Verde, Veracruz) y 2 refinerías de petróleo, una en Salamanca, Guanajuato y otra en Coatzacoalcos, Veracruz. En Japón, país con 130 millones de habitantes, conté, en un mapa que obtuve por internet, en un área menor a 500 km. de largo por menos de 150 de ancho, ¡13 centrales nucleares y 25 refinerías petrolíferas! ¿Es ese el ejemplo de progreso económico que como país queremos tener?

sábado, 12 de marzo de 2011

¿Quién nos está pegando?

Las grandes noticias nacionales que pretenden ser buenas y tener un efecto estimulante y esperanzador en la población, la verdad, por más que intento colaborar solo consiguen aumentar mi desconcierto y desilusión acerca de que las cosas serán mejores en el futuro. Sirvan de ejemplo, por una parte, la declaración del Secretario de Economía cuando con gesto serio declaraba que una familia bien organizada podía, con un ingreso de ¡$6,000 pesos!, pagar la hipoteca de una casa, la mensualidad de un coche y llevar a sus hijos a un colegio de paga, entre otros gastos familiares. Después aseguró que fue mal interpretado pero la burla que sentimos todos los mexicanos, porque hasta los ricos se destantearon, ya no se puede quitar.

Es posible que al hablar por otras personas el Secretario estuviera pensando en los Diputados, por ejemplo, a quienes, pesos más o pesos menos, el ingreso mensual no solo les alcanza para la hipoteca, el coche y el colegio privado, si no hasta para el despilfarro. Juzgue usted: un Legislador federal recibe un sueldo de $105,370 a los que restando impuestos le queda un ingreso neto de $77,745; a esta cifra agregue el 12% por concepto de fondo de ahorro, $28,772 para ayuda ciudadana sin necesidad de comprobación, , ¡$45,786 por asistencia a la Cámara! O sea, un premio por cumplir con lo que es su obligación básica, ¡asistir a su centro de trabajo!; añada usted una póliza de Gastos Médicos Mayores para toda la familia, 4 boletos de avión al mes, quien sabe cuanto de vales de gasolina y despensa, más el pago de telefonía celular y el aguinaldo entre otros ingresos. En resumen, estos ciudadanos según Milenio diario, ganan $1,869 por hora, cifra que, comparada con el salario mínimo diario de $59.82, equivale a decir que un trabajador con salario mínimo tiene que trabajar ¡un mes para ganar lo que un Diputado en una hora! Esto no puede seguir así. El que aspire a ser Diputado debe tener vocación de servicio público para recibir un sueldo como decía Juárez, en la honrosa medianía, nunca para hacerse rico, si no lo necesario para servir a sus conciudadanos sin intereses económicos de por medio.

Otra noticia que nos presume el Banco de México y la SHCP, es la rompedera de récords que semana a semana tenemos (¿?), como nunca antes en la historia económica de México, respecto del saldo en la Reservas Internacionales. Uno de los últimos reportes de Banxico, fechado al 18 de febrero de este año, ubica el nivel de Reservas en casi ¡120,000 millones de dólares! Y lo declaran con tan grande satisfacción como grande es a mi el frío que me produce, amén que me recuerda el viejo chiste del boxeador que está siendo verdaderamente masacrado por su rival y que, en el minuto de descanso, su manager le dice: “Kid, vas bien, vas bien, no te ha hecho nada”; a lo que el Kid responde, “pues que detengan al réferi, ¡porque alguien me esta rompiendo la madre!” Algo así pasa en México, nos dicen que todo va bien, que las finanzas nacionales están en orden, que los agentes económicos internacionales nos ven con buenos ojos, que el riesgo país es de los más bajos del mundo subdesarrollado, que nuestra capacidad de endeudamiento está más firme que nunca y nuestro nivel de Reservas Internacionales (léase pinchurrientos dólares que no tienen respaldo real) nos avala cualquier obligación de pago y, nosotros, los de abajo, el pueblo, lo que sentimos es más bien la lumbre de que todo se nos vuelve más caro y el salario o la pensión cada vez alcanza para menos. ¿Quién entonces nos esta rompiendo la madre? Tratemos de encontrar una respuesta.

Averigüé como se integra el rubro de las Reservas Internacionales, que es el monto de divisas o moneda extranjera, básicamente dólares de los Estados Unidos, en custodia por el Banco de México. Las reservas se integran, pues, con la suma acumulada de las ventas (exportaciones) de petróleo crudo, la contratación de créditos en el extranjero y los movimientos del público (empresas y particulares). Cuando a Pemex le pagan sus exportaciones de petróleo, el Banco de México se queda con los dólares y a cambio le entrega pesos a la empresa; igual se hace cuando el gobierno mexicano obtiene un préstamo del exterior, el Banco de México se queda con los dólares y al gobierno le entrega pesos a un cierto tipo de cambio. De aquí se sigue que cuanto más grande sea el volumen de Reservas acumuladas, mayor será la tendencia a disminuir el tipo de cambio, ya que cuando Pemex o el Gobierno rescaten sus dólares para hacer frente a sus compromisos de pago con el extranjero, no necesitarán tantos pesos para devolver a Banxico. Esto está bien, pero para saber en que beneficia al pueblo, sería necesario conocer el destino que da el gobierno a dichos pesos así como las proporciones que destina a cada sector de la economía.

En cuanto a la parte del público, parecería que la baja en el tipo de cambio estaría favoreciendo a los especuladores a comprar hasta hincharse, dólares baratos, lo cual parece que en esta ocasión no va a ocurrir por el actual control de cambios, porque si no ¿a quien le están engordando el cochinito para las habituales devaluaciones de fin de sexenio? Por lo visto esto ya no va a volver a pasar. De todas maneras, ¿sabe usted que hace el Banco de México con los dólares en reserva? Pues los deposita en los Estados Unidos en bonos del tesoro a una tasa de interés de menos del 1% anual, mientras que los créditos contratados son obviamente a una tasa mayor. El mismo banco reconoce que estas reservas nos cuestan a los mexicanos un diferencial de 6 puntos que equivale, en dinero constante y sonante, a ¡3,000 millones de dólares anuales! Haga usted sus cuentas: cada vez que nos digan que las reservas rompieron récord, significa que a nosotros nos rompen la progenitora porque tendremos que pagar más por tan dudoso honor.

En buen plan, no puedo unirme al festejo de las reservas cuando leo que al mismo tiempo el precio del maíz también rompió récord al llegar este marzo a $5,200 pesos la tonelada, viniendo de 3,600 apenas en enero pasado; el frijol aumentó de 12 a 13,000 pesos por tonelada; el salario por misericordia del señor aumentó un 4%; importamos el 42% del consumo nacional de gasolina que el gobierno dice que subsidia y no es cierto ya que la importa a 7.15 el litro y nos la venden a 8.85. Un barril de petróleo se vende ahora en 95 dólares gracias a que están matando al pueblo libio con lo que la ley de la oferta y la demanda no puede mostrarse más inhumana. El mercado no tiene corazón. El puro aumento de la tortilla se engulló el aumento al salario mínimo. ¿A quién entonces beneficia el aumento de las Reservas? ¿Quién nos está golpeando? Por lo que se aprecia con las cifras recopiladas y por la lumbre que nos llega como a Cuauhtemoc, se puede deducir que las Reservas Internacionales benefician al sistema financiero globalizado y el que nos está golpeando es el gobierno al cargar los dados del lado de un sistema económico, comercial y financiero, también globalizado.

sábado, 5 de marzo de 2011

Unidad Latinoamericana

Los Presidentes y Primeros Ministros, en su caso, se reúnen en la cumbre política, periódica y frecuentemente, para tratar los problemas que nos son comunes. Cumbres van y cumbres vienen, Los cerros reverdecen y las montañas se enfrían y la unidad latinoamericana y del caribe no deja de ser un mal sueño pero sí un buen propósito. La junta celebrada hace un año en Playa del Carmen, México, inició con un título “innovador” que más bien divide, no une: “Cumbre de la Unidad Latinoamericana y del Caribe”. ¿Porqué separar el Caribe si todo al sur del Río Bravo es Latinoamérica? Si van a hacer distingos podría ser menos obvios para separar a los caribeños denominando la junta algo así como “Cumbre de la Unidad Norte (aunque solo sea México), Centro, Sudamericana y del Caribe”. Por lo pronto no hay alguien que se adjudique dicho atentado.

El caso es que en dicha Cumbre, de un plumazo se descartó la importancia de los intereses políticos, que no ideológicos, en este proceso de unidad que, precisamente, es uno de los obstáculos mayores que sufrimos como pueblos hermanos para crecer como una unidad regional. Y si no, bastaría con observar a los Presidentes de Latinoamérica para concluir que, si no de manera individual, al menos por bloques, cada uno tendría una visión distinta de cómo debe ser dicha integración y no cederían ni un ápice en favor de otro. Y ahí quedaron a la vista los discursos, los enfoques y los pleitos: en una esquina Chávez, Evo, Correa y Ortega, por ejemplo; en la otra esquina Calderón, Cristina, Uribe y Bachelet y en el medio Lula buscando equilibrios cargando el peso específico de Brasil a ratos por un lado, a ratos por el otro. ¿Y Castro donde queda? Desde luego, como observador en ring-side. El resto del mundo, espectadores del gran evento, muertos de la risa viendo como Chávez y Uribe casi se liaban a golpes en el centro de la Cumbre de la Unidad.

Pues este es el gran problema, esos señores nunca van a ponerse de acuerdo y mucho menos cuando, atrás de ellos, en sus respectivos países, influyen sus grupos de poder que jalan agua para su molino y solo ven en la integración de América Latina una oportunidad de expandir sus negocios. Así, la unidad latinoamericana es una utopía.

La unión de nuestros países no es cuestión de derechas ni de izquierdas si no de sentido común para fortalecer a nuestros pueblos frente a la amenaza permanente de los países desarrollados y, ahora, del creciente y arrollador bloque asiático. Desde luego que para avanzar sobre dicha integración, habrá que conciliar por separado los intereses de los hombres de negocio y de los pueblos, que no son los mismos; habrá que sacrificar intereses personales anteponiendo el bien común y la grandeza de la región y, sobre todo, aceptando que lo más importante ya está hecho: nuestros pueblos están unidos, nos queremos, estamos identificados, cuando vamos a otro país de la región nos reciben con alegría y afecto, de la misma manera que recibimos a los que vienen de los otros pueblos hermanos. Los poquitos que constituyen los grupos gobernante y empresarial, son los que tienen las diferencias de que en su momento expuso Calderón, mismas que deben tratarse con cirugía mayor, porque son los que no nos dejan unirnos. A esta observación, habrá que añadir también los intereses extra-regionales, a los que por mucho les conviene que nuestros países se mantengan así, desunidos política y económicamente.

Aseguremos ahora, como consecuencia de lo anterior, que el enemigo principal de la unidad latinoamericana lo tenemos adentro de nuestros propios países y decimos esto sin menospreciar la virulencia del enemigo externo para quien, nuestra desunión, representa jugosos negocios como la venta de armas, tecnologías de segunda, créditos atados y, para colmo, entre otros muchos, la venta de alimentos básicos exóticos y chatarra. Nuestro principal enemigo interno se desdobla en dos caras, la ignorancia del pueblo y la codicia de los dirigentes y, desde luego, esta última se aprovecha de la primera. En tanto los presupuestos públicos no se orienten a ser aplicados con generosidad a la educación e investigación, el desarrollo de nuestros pueblos continuará con pasmosa lentitud.

¿De donde sacaremos los recursos? No faltará quien se haga esta pregunta y, bueno, se ha dicho muchas veces que no se trata de gastar más, si no de hacerlo mejor. ¿No hay dinero para educación? ¿Entonces para que se gastan 60 mil millones de dólares en América Latina (cifra mencionada por el Presidente de Costa Rica, que no tiene ejército) en soldados, armas y equipamiento bélico? ¿Acaso es porque nos sentimos amenazados por nuestros hermanos y pueblos vecinos? ¿O porque en el fondo nos queremos aventar una guerrita con los primos de Norteamérica? Claro que no. Se quiere un ejército pero para usarlo en contra de cada uno de nuestros pueblos, para defender los “intereses nacionales”, ¿intereses de quien?, si la mayoría estamos muertos de hambre y el único interés es tener para comer.

El asunto es que ésta y muchas otras distorsiones presupuestales y estrategias de comercio exterior, solo serán resueltas de fondo si Latinoamérica se integra en un bloque social, económico y político. El primero ya está resuelto por la fuerza de la historia y del origen. Los otros dos deben avanzar de manera seria a partir de la accidentada Cumbre de la Unidad realizada en Playa del Carmen, México, constituyendo un grupo de Secretarios Especiales de Estado, dependiendo directamente del Presidente de cada país, cuya única función sea trabajar de tiempo completo por la integración de Latinoamérica. Por ende, las juntas futuras serían para evaluar los avances y corregir rumbos y no como hasta ahora que son una pasarela de planes y un concurso de poses fotográficas.

jueves, 3 de marzo de 2011

EL HOMBRECITO

Desde mi ventana,

Cuando la tarde me pone triste,

Me llegan voces párvulas como las aves

Que forman nubes

Y que veloces rasan los techos,

Rumbo al árbol amigo

Que amoroso cobija sus nidos.


Es la voz de un hombrecito,

No por suave menos firme

Y si por nueva siempre alegre,

Y mi corazón, que decae con la tarde,

Recupera el brío y lo siento sonreír.


El hombrecito, solo, todo el día,

Entre tanta gente

De una escuela que lo adoptó;

La madre, en el trabajo para darle de comer

Y el padre, no se sabe, voló, voló y voló.


Aún no cumple tres veranos

Y ya es el hombre de la casa.

A su madre la consuela

Con la mejilla en la mano,

Él no sabe porque llora

Pero siente que sus besos

Le devuelven la esperanza.


Desde mi ventana veo al hombrecito

Subir feliz la escalera de su casa.

Paso firme, voz de mando,

Y su madre a sus espaldas

Y yo los veo con tristeza

Y nada hay que pueda evitarlo.

¡Otra vez la tarde, otra vez el duelo!


Cuando viene a visitarme

Me pregunta si lo quiero,

Yo le doy unas galletas, unos dulces y un abrazo,

Y quisiera convertirme

Un minuto, un momento,

No su amigo, no su abuelo,

¡Si no el padre que ha perdido!


CERP