sábado, 30 de abril de 2011

Inglaterra: Boda de Estado

En los últimos días hemos observado el caso de Inglaterra con motivo de la boda del Príncipe Guillermo, muy próximo Rey, según las abundantes noticias que nos llegan del frío mar del norte. Si hemos de hacer caso a ellas, entonces pongo a su consideración, estimado Lector, mi pronóstico de que tan grandioso evento ocurrirá en un plazo de entre 3 y 5 años, aún en vida de la Reina Elizabeth II, quien no sería extraño que abdicara para asegurarse de que Guillermo la sucederá en el trono más poderoso de la actualidad. No cabe duda que todos los pueblos de la tierra tienen uno o varios motivos de orgullo, le pese a quien le pese. En este caso, al igual que usted, estamos siendo testigos del gran orgullo, revuelo y jolgorio que en el pueblo inglés esta ocasionando la boda de Guillermo y Catalina, lo cual no es una excepción, puesto que en el repaso televisivo de las últimas bodas de la realeza británica, podemos constatar las tumultuosas recepciones, verdaderos baños de pueblo, que reciben los recién casados.



Los que vivimos en países ajenos a los que conservan la tradición de una casa real, miramos con asombro y algo de desconcierto, la sobrevivencia de un cuento de hadas, la fastuosidad y boato de una boda que por razones de Estado no puede ser privada y que no puede desatender la atención mundial sobre tal evento ni la cobertura de los medios de información que, de manera muy intensa, abarca ya un lapso de tres semanas. ¿De donde viene ese poder de atracción? La realeza británica ya no gobierna al país, pero influye en casi todo y lo representa a un nivel equivalente al de máxima autoridad como pudiera tener el Presidente de cualquier otra nación, realidad que solo puede provenir del respeto que los ciudadanos ingleses tiene por su monarquía. En ese respeto radica el poder.



Sin embargo, más allá de leyes, costumbres y nostalgias, lo cierto es que la más poderosa de las monarquías está sostenida con alfileres, ya que dicho respeto es algo que debe renovarse todos los días y pareciera que la familia real hace todo lo contrario para perderlo. La Reina Isabel casó a sus 4 hijos y, hasta hoy, al menos tres ya se han divorciado y, uno de ellos, el Príncipe Carlos de la Princesa Diana, bajo descomunal escándalo y trágico desenlace. De modo que no es de extrañar que la monarquía busque a como de lugar restituir esos votos de respeto, orgullo y flema inglesa, apostando con todos sus recursos a que Willy & Kate constituyan un matrimonio ejemplar, querido y, en especial, respetado no solo por su pueblo si no por todo el mundo.



No me gusta ser aguafiestas, lo he dicho antes y lo repito ahora: a su tiempo, el nuevo Rey tendrá que pagar algunas deudas ancestrales que Inglaterra tiene con los pueblos del mundo, empezando por reubicar en un tono más humilde, más acorde a la nueva realidad democrática que hoy, con retrocesos y empujones campea por todo el planeta, declaraciones como la de su abuela Reina el día de su coronación, la cual tuvo lugar el 2 de junio de 1953 en la Abadía de Westminster. Ahí, expresó: «Declaro ante vosotros que mi vida entera, ya sea larga o corta, será dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la cual pertenecemos todos» . Destaco el concepto “imperial” porque, en serio, se la siguen creyendo. Y claro, hay algo de nostálgicas razones en eso puesto que, si de monarquías se trata, me parece que la casa real inglesa no tiene rival al menos en el mundo occidental. Sus posesiones, ostensible riqueza, influencia de estado y admiración popular, así lo demuestran.



Aprovechando el viaje, le recuerdo así mismo al futuro Rey, de manera sucinta, que no se puede dejar de pensar ante tanto boato, que toda riqueza acumulada en esas proporciones tiene su lado negro: el de la explotación de pueblos propios y lejanos; trabajo esclavizado y sangre derramada de hombres que fueron libres; mujeres violentadas y niños hambrientos, condenados a reproducir las condiciones inhumanas en las que vivieron sus padres; la piratería en alta mar robando a otros ladrones, hecho por el cual ahora se condena a los somalíes. ¿Cuántas viudas y huérfanos argentinos recuerdan hoy la confrontación por las Malvinas? ¿Cuantas vidas se consumieron en Sudáfrica en el proceso de extraer los diamantes que forman parte de las Joyas de la Corona? ¿Y cuanta sangre derramada para extraer de todas las demás colonias lo que no era suyo? Por ejemplo, en 1877, ya sometida la rebelión de los cipayos, la Reina Victoria fue proclamada Emperatriz de la India, el mayor país explotado por la colonización inglesa, ¡la verdadera joya de la Corona!



Que quede claro también, ya lo escribí en otra ocasión, que apreciamos lo bueno que de allá viene, como la fuerza de Londres que esta llena de historia, de cultura y de gente progresista. Que igualmente hay que reconocemos su dosis de pueblo civilizador ya que fue el país que detonó las Revoluciones Industrial y Religiosa. Que Inglaterra ha vertido luz a la humanidad con hombres como Newton, Moro, Darwin, Shakespeare, Dickens, Wilde, entre muchos genios más y, porque no, con prototipos como el Pirata Morgan, The Beatles, James Bond, Sherlock Holmes, Jack el Destripador y ahora Harry Potter.



Así que, apreciado William, te hago llegar una sincera felicitación por tu próximo y emotivo enlace con la bella Kate, mujer que viene del pueblo según me comenta tu abuelita (aquí entre nos, es una gran decisión que te dará mucha fuerza), a la vez que te hago el encarguito de que no olvides recordar a la nueva generación de ingleses, que le deben mucha lana y mucho dolor a casi todos los pueblos del tercer mundo. Ni modo: uno la hace y otro la paga.

sábado, 23 de abril de 2011

La Talacha Electoral

El IFE, después de varios meses trabajando sin tres de sus Consejeros, sigue esperando que la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, haga los nombramientos correspondientes que debió de finiquitar desde el 30 de octubre pasado. Recientemente los Institutos Electorales de Quintana Roo y Baja California Sur, han pasado no exentos de conflictos su prueba para elegir Gobernador y, por su parte, el Instituto Electoral de Querétaro (IEQ) aún no sale del embrollo en que lo han metido los Legisladores del Congreso Estatal, con motivo de la renovación de su Consejo Electoral. El caso es que con problemas o no, pareciera que los Institutos Electorales tienden a especializarse en la talacha electoral, es decir, en organizar solamente las actividades operativas del proceso de elecciones hasta el punto en que el elector deposita su voto. Casi para todo lo demás dependen de los políticos en turno quienes imponen tiempos y reglas a su conveniencia, peleándose el control de los Institutos Electorales porque la madeja legal así los condiciona.

¿Y los ciudadanos? Hasta ahora, como el chinito, nomás “milando”. Por otra parte, observe usted, estimado Lector, el siguiente carrusel, otra fuente de grandes discordias: los Institutos Electorales son autónomos (?), sin embargo, su presupuesto va incluido en el presupuesto que el Ejecutivo turna a la Cámara de Diputados para su eventual aprobación; posteriormente, los Institutos Electorales (léase el arbitro electoral), distribuyen parte de su presupuesto entre los Partidos Políticos para financiar las campañas de sus candidatos a Gobernador, Diputados, etc., amén de ejercer la facultad de levantar la mano al ganador de cada elección. Estando así dispuesto el funcionamiento de la maquinaria electoral, ¿qué de malo tiene que el Gobernador y los Diputados se afanen por tener el control del árbitro? Yo, lo haría. Trataré de abundar sobre esta idea con el siguiente ejemplo:

Supongamos que usted participa en un concurso donde dispone de 5 minutos para sacar monedas de plata (o de oro, da igual, solo es un ejemplo) de un arcón. Que tiene usted otros tres competidores que a su vez disponen de 3, 2 y 1 minuto respectivamente y usted va de primero. Usted va a extraer para su provecho toda la plata que sea posible y no se va a detener, en ningún momento, a pensar en que mejor le para a fin de dejar algo a los competidores que le siguen. Pues así funciona nuestra “democracia” electoral. Así está la Ley y por tanto no hay nada malo en que los Diputados de un determinado Partido, si las circunstancias se lo permiten, quieran imponer a todos los Consejeros del Instituto, quieran quedarse con toda la lana de las campañas y quieran una Ley Electoral que los favorezca plenamente; también querrán tener una entidad electoral meramente operativa no autónoma y, en pocas palabras, tratarán de quedarse con el carro completo. Como ningún Partido confía en el otro, no hay confianza en el árbitro, pues, entonces no se ha podido nombrar nuevos Consejeros. Más claro ni el agua del Tlacote.

Bueno, pues entonces también esta claro que se debe de reformar la Ley Electoral, pero no como quieren los Poderes del Estado a través de sus diversos órganos de gobierno, si no como los ciudadanos lo necesitan para hacer valer a plenitud el humilde ejercicio del voto que, siendo todo lo que se tiene en una sociedad democrática, se vuelve una facultad muy poderosa si se hace valer más allá de usarla para elegir a un representante político que, con ánimo conciliador, si acaso representa a una minoría ciudadana. Pero también debe quedar claro que, como en el caso de nuestro concurso del arcón con monedas de plata, no tiene caso pedirles a los que van adelante, al primer o segundo concursante, que dejen algunas monedas para los fregados que siguen; como tampoco se puede pedir y mucho menos esperar, que en las iniciativas de reformas presentadas por el Ejecutivo o los Legisladores, rezaguen sus intereses para darle paso a los de los ciudadanos. No tiene sentido. Yo no lo haría. Por lo tanto, se tiene que cambiar la Ley. Una Ley Electoral hecha por ciudadanos, para los ciudadanos, entendidos estos como personas ajenas a los Partidos Políticos, a las funciones públicas y a los cargos de representación popular.

¿Que sigue? Avanzar en la organización ciudadana empezando por instaurar un Consejo Ciudadano; elaborar una reforma electoral con la participación del propio IEQ, hecho que ya esta en marcha; fortalecer al IEQ como un organismo verdaderamente autónomo, de los Ciudadanos y para los Ciudadanos, ajeno a cualquier Poder Constitucional, relevando a los diputados de esta responsabilidad que solo les provoca conflictos y una voracidad natural por tener al árbitro de su parte; garantizar que el poder del Ciudadano radica en el poder del voto, anulando el que solo se exprese por trienios o sexenios que es cuando el Ciudadano revive y se vuelve visible para los candidatos de los partidos políticos; que sea un poder permanente que de fe no solo de los resultados de las elecciones, sino que lo faculte para exigir cuentas, en cualquier momento, a sus representantes; garantizar la igualdad de oportunidades para ser elegido Consejero Electoral; garantizar igualdad de evaluaciones por parte del órgano calificador; en fin, por aquí debe de ir la Reforma Electoral la cual, seguramente será enriquecida con su participación ciudadana evitando así, que los Institutos Electorales sean solamente los talleres de la talacha electoral.

Columnista










sábado, 16 de abril de 2011

El IMSS: Viacrucis del Derechoabiente

Le dice un médico a otro: a este señor hay que operarlo enseguida. ¿Qué tiene? ¡Mucha lana! Dicen que las bromas llevan un fondo de verdad y puede que la comercialización, cuestión aparte de la deshumanización que es peor en el ámbito de la medicina familiar, combinada con los escandalosos precios a que los laboratorios farmacéuticos venden todo tipo de medicamentos, necesarios o no para el paciente, hoy en día sea el objetivo fundamental de los médicos y no el devolverle la salud a los enfermos. En la práctica, haciendo caso omiso a los llamados de conciencia, una persona crónicamente enferma resulta un bomboncito para el médico y no los que lo visitan de cuando en cuando. Si no fuera cierto lo que digo, un médico privado no le cobraría a su paciente más que la primera consulta y no todas las subsecuentes para checar los análisis de laboratorio y radiografías o tomografías que le mandó a hacer; los médicos del IMSS no tendrían un consultorio privado o viceversa. Si realmente fueran personas con vocación de servicio (que también las hay, muy pocas, pero los hay), humanitarias y solidarias con su país, ¿por qué entonces si tienen un consultorio privado no trabajan unas horas gratis para el IMSS o el ISSSTE o Salubridad? ¿Por qué los que trabajan de tiempo completo en el IMSS y en su tiempo libre en un consultorio privado, no dan sus consultas gratis a la gente del barrio? Porqué no es negocio consagrar la vida al servicio de la humanidad, como dirían Hipócrates o Galeno que no sabían que “time is money”.

Es de locos lo que pasa. Los médicos que trabajan para el IMSS no lo hacen por amor al prójimo, si no por adoración al hueso. Algunos se salvan, pero los demás no se por que son médicos. Para muestra un botón: en la Clínica 15 de Querétaro Capital, la Dra. Patricia Silva Salgado atiende 24 pacientes al día, es su cuota, a los que en promedio dedica 10 minutos de atención, tiempo en los que literalmente les gruñe, les obsequia un trato despectivo, los corre de su consultorio y aquellos que procuraban sus buenos oficios para recuperar la salud, regresan con una nueva enfermedad ya que se les disparó la presión arterial por el disgusto que su trato les ocasiona, porque les niega las medicinas (las pocas que hay) y los expedientes de sus exámenes de laboratorio. Bueno, también le aumenta el trabajo a su jefa, la directora de la Clínica 15, Dra. Ma. Concepción Vega Rico, quien con sus buenas maneras y fino trato, intenta devolver la salud, el ánimo y el respeto, a los pacientes de la beligerante doctora. El Cliente siempre tiene la razón menos en el IMSS.

Los niveles de ineficacia en el IMSS son increíbles. Le cuento, estimado Lector, otro caso: un paciente acude a su Clínica (principios de noviembre y le dan cita dos semanas después) y solicita que le surtan un medicamento para el corazón que, por causa de reciente jubilación, ya no le alcanza el dinero para comprarlo en una farmacia privada. Le ordenan hacerse un electrocardiograma y una radiografía de torax y lo agendan con dos días de diferencia para cada examen, tres semanas después (mediados de diciembre). Con los resultados en la mano regresa a su Clínica donde su médico familiar le agenda una cita con el médico especialista, un cardiólogo, en la T-1, que es el Hospital General. La cita quedó para mediados de enero. El cardiólogo lo checa y lo devuelve a su Clínica con una orden válida por un año para que ahí se le surta, mes a mes, la medicina requerida con la instrucción de que la primera tanda se la entreguen en la propia T-1, en la farmacia de especialidades. Después de una “cola” de hora y media le dicen que no tienen el medicamento en existencia y le dan un número telefónico para que pregunte si ya la surtieron. En su Clínica le dicen que regrese en un mes para la segunda entrega, o sea a mediados de febrero. Entre tanto, la primera entrega no se logra, todas las llamadas a la farmacia de especialidades han sido infructuosas. En la tercera semana de febrero se presenta a la farmacia de su clínica y el despachador le informa que no era necesaria la instrucción de la T-1, ya que ese medicamento siempre lo tienen (?). –Pues démelo- le dice el derechohabiente. Así no se puede, le contestan, tiene que pasar con su médico para que le extienda la receta. El paciente, ya de plano impaciente, va con la “secre” de su médico y le pide por favor la receta a lo que le contestan que tiene que sacar cita porque esta petición, al cargarla el médico en su computadora, sería como tener 25 consultas y solo puede tener 24 al máximo, así que le damos una cita rápida, para la próxima semana, ¿la prefiere en la mañana o en la tarde? (SIC). Lo cierto es que después de casi 4 meses, el paciente afectado del corazón ¡aún no recibía la medicina!

Las guarderías del IMSS ameritan una reflexión aparte, sin embargo, por ahora mencionaremos la incongruencia de sus horarios, en los cuales obligan a las madres o padres a recoger a sus hijos a la misma hora en que la mayoría está saliendo de su trabajo. Esta incongruencia mantiene a los padres con una elevada e innecesaria angustia debido a la imposibilidad de llegar a tiempo por sus pequeños.

Pero eso no es todo, la verdad es mucho más dilatada y nos llevaría varias entregas relatar las anomalías que el IMSS presenta. A cambio de lo malo que son para atender y sanar a los derechohabientes o al menos tratarlos con afecto y respeto, son muy buenos para las violaciones a los derechos humanos y para las trompadas, ocupando el segundo lugar nacional según la CNDH y el DF el peor por Estado. En cuanto a lo primero, durante el primer bimestre del año, las quejas con mayor incidencia fueron sobre negligencia médica, omisiones al proporcionar atención médica o suministrar medicamentos e incumplir con el pago de pensión; respecto a lo segundo, a principios de enero, fueron agredidos los colaboradores de Plaza de Armas, el Periódico de Querétaro, Alejandro Caballero y Hugo Camarillo, a manos de elementos de seguridad del IMSS y es hora de que su delegado, Raúl Figueroa García, no ha solventado la reivindicación que de este bochornoso caso reclaman los ofendidos. El que si se ha dado vuelo pisando fuerte es el director general del IMSS, Daniel Karam, quien sostuvo que la percepción positiva hacia la institución ha aumentado en más de 80 por ciento, como resultado de las acciones para mejorar la atención a sus más de 45 millones de derechohabientes. ¿Alguna vez habrá acudido Don Daniel a que lo atiendan en el IMSS de una dolencia? ¿En verdad se cree lo que dice? Ojalá que lea esta columna y nos apabulle con una fehaciente demostración de que el 80% de quien sabe quien percibe una mejora en la atención que presta a la ciudadanía la Institución que tan dignamente encabeza.

Un dato más de que la negligencia del IMSS campea por todo México. En Quintana Roo, la Secretaría de Salud afirmó que un menor de edad falleció en la clínica del IMSS a consecuencia de una infección generalizada y acompañado de varicela. Nadie se salva, el menor era nieto del ex Secretario de Salud del Estado Gerardo Amaro Santana y tenía 9 años de edad. ¿Jorge Río Pérez, el delegado en Quintana Roo, ha investigado y explicado a la ciudadanía sobre este caso?

Concluyo: -¿Así que tu abuelo murió en la consulta del médico? ¿Y el médico qué le dijo antes de morir? Le dijo: cuente conmigo, señor: cuatro, tres, dos, uno, cero...

Estimado Lector: regáleme un par de líneas para felicitar desde aquí, su madre y yo, a nuestra hija Imelda que hoy cumple años y cuya lejanía geográfica nos impide abrazarla: ¡Felicidades!












sábado, 9 de abril de 2011

La barbarie en el nombre de Dios

Hay gente buena, gente de paz que antepone a su propia seguridad el llevar una palabra de consuelo, algún alimento y cálido afecto, a miles y miles de personas en casi todos los rincones del mundo, que sufren las consecuencias de violentos fenómenos naturales, guerras fraticidas y allende las fronteras; que son laceradas por la pobreza extrema, la desnutrición infantil y enfermedades apocalípticas, entre muchas otras calamidades. Esas personas desarrollan su labor humanitaria a través de múltiples ONG’s, Médicos sin Fronteras, Cruz Roja Internacional y Naciones Unidas, por mencionar las más conocidas.

Sabemos de la existencia de esas mujeres y hombres que se alejan de su patria, que abandonan comodidades, amores y familia y que se cuelgan al hombro una mochila repleta de recuerdos y se hunden en inhóspitos lugares donde el pueblo los abraza y los que mandan no los quieren. Sabemos de ellos pero no de sus tareas como para hacerles un reconocimiento de cuando en cuando y solo si escuchamos que les quitaron la vida como paga por su entrega al trabajo humanitario, entonces y acaso, en el pueblo donde arribaron a la vida, ante un representante del gobierno y una misa de cuerpo presente, exaltaremos sus virtudes y haremos con honor la despedida. Ya sabe usted, apreciado Lector, a quienes me refiero, a los extranjeros asesinados durante el asalto a las oficinas de la ONU en Afganistan, donde al menos uno era estadounidense, otro rumano, un sueco, un noruego, 4 nepaleses y por lo menos 4 manifestantes. Esto es el signo de los tiempos: los negocios, la violencia y el luto se globalizan.

Son muchos los ejemplos de tantos voluntarios asesinados a mansalva y en el nombre de todos ellos revisaremos el caso más reciente de los citados colaboradores de la ONU, liquidados como ya dijimos, por extremistas religiosos en la representación de las naciones unidas en la anárquica ciudad afgana de Mazar e Sharif. Este atroz y cobarde atentado, como lo calificó Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, fue perpetrado por la organización terrorista Talibán, según lo manifestó, apréndase su nombre, Zabiulá Mujarhid, uno de sus líderes. ¿Y sabe usted cual fue el pretexto de la masacre? ¡Qué los miembros de la ONU eran visitadores electorales! Y que ya habían advertido que atacarían a los que participaran en las elecciones y que ya están listos para un segundo ataque. Y no es la primera vez que lo hacen, ya anteriormente, en octubre del 2009, atacaron a la ONU matando en esa ocasión a 5 funcionarios. Pero no fue el único pretexto, ya que una turba religiosa atacó con palos y piedras a la sede de las naciones, en represalia porque un gringo loco, religioso, igual de violento, ignorante e intolerante como ellos, anunció una quema pública del Corán, que es el libro sagrado de los musulmanes. Bueno, equivalente a que los seguidores de Mahoma quemaran a la luz del día, una pira alimentada con la Sagrada Biblia, situación hipotética que haría pegar el grito al cielo a los seguidores de Jesús y, hasta ahí, no pasaría a más y ni turba religiosa ni grupo guerrillero alguno, se enfilaría a profanar la sede de las Naciones Unidas en el Distrito Federal. Si acaso levantarían pancartas y vociferarían ante la Embajada de Afganistan que probablemente ni exista, no lo sé. Pero en caso de una 1ª guerra mundial religiosa, ambas religiones en cuanto a número de seguidores, están parejonas: 1,115 millones de católicos contra 1,131 millones de musulmanes o islamitas, casi un tercio de la población mundial, sin meter a los hijos de Buda que, si todos fueran solamente chinos, aportarían 1,300 millones más. Eso sí, las primeras dos religiones a las que nos estamos refiriendo, son monoteístas y predican la paz, aunque no la practican. De siempre se han dado sus buenos agarrones y como ejemplo las Cruzadas.

Ese gringo loco que le he mencionado, provocador profesional y en el camino de aquel pastor Jim Jones, fundador de la secta “El Templo del Pueblo” que condujo a un suicidio colectivo en la Guyana Británica, se llama Wayne Sapp, pastor de una iglesia evangélica de Gainesville, en Florida, y fue el que prendió la mecha al quemar el libro del Corán, fue el detonante de la reacción de los afganos en el ataque a la ONU. Recordará usted que Sapp es colega de Terry Jones (que coincidencia, otro Jones), líder religioso de esa comunidad que en un mes de septiembre, anunció que iba a quemar un Corán para conmemorar el aniversario del ataque a las Torres Gemelas y que a la postre no lo hizo porque le llovieron críticas de todo el mundo e, inclusive, del propio Presidente Obama. Finalmente, Sapp llevó a cabo la promesa de Terry.

Lamentablemente, sendas acciones se realizaron en el nombre de Dios. Ambos atacaron con odio, el peor de los sentimientos del ser humano. Las dos partes fueron causantes de la muerte de personas inocentes y sin embargo se reconocen no culpables porque en su papel, están combatiendo a las fuerzas del mal. La parte afortunada, es que solo Afganistan reaccionó a la provocación de los pastores gringos y si los otros países islámicos no lo hicieron, fue porque están enfrascados en sus propias guerras de liberación de sus oprobiosas dictaduras: Libia, Egipto, Yemen, Argelia, Bahrein, etc., mismas que desde aquí les deseamos que salgan con bien, que el recuento de daños sea mínimo. Entre tanto, continúa la barbarie en el nombre de Dios.

Columnista

sábado, 2 de abril de 2011

Cobertura Informativa de la Violencia

El camino al infierno esta empedrado de buenas intenciones. Algo cierto debe de tener esta añeja sentencia que, al menos en mi caso, la vengo oyendo de los abuelos, de los padres y tíos y hasta de los amigos, particularmente cuando se plantea algo que suena bien, que tiene sentido y que es loable, pero que la mar de las veces termina en fraude o, por decir lo menos, en decepción.

Tal puede ser el caso del “Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia”, firmado el pasado 24 de marzo por los representantes de 715 medios de comunicación, instituciones académicas y asociaciones civiles, entre otras, en el Museo Nacional de Antropología e Historia bajo el contexto del proyecto del sector privado denominado “Iniciativa México 2011”. Lea usted quienes fueron algunos de los principales signatarios: diarios de circulación nacional como El Universal, Milenio, El Economista y El Financiero; grupos de radio y/o televisión como Canal 22, Once TV México, Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula y Grupo Radiocentro; instituciones académicas como la Universidad Panamericana, la Universidad Anáhuac y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, así como asociaciones civiles entre las que se encuentran México SOS, México Unido Contra la Delincuencia y las Asociación Alto al secuestro. Observe que la UNAM aún no muerde el anzuelo de la firma aunque su titular aparece entre las personalidades que fungieron como testigos de la suscripción del Acuerdo, todos ellas reconocidas y líderes de opinión, como José Narro Robles, Julieta Fierro Grossman, Juan Ramón de la Fuente, Federico Reyes Heroles, Héctor Aguilar Camín y otros.

El Acuerdo expone que la delincuencia organizada ha llegado a un grado de violencia tal, que ya se ha vuelto una percepción de terror en la sociedad, que amenaza tanto las libertades fundamentales como las de expresión y prensa. Por otra parte, se ha desbordado el riesgo para los periodistas y sus casas editoriales, por el hecho de cubrir la fuente de las acciones criminales. Expone también, que en su deber de informar a la ciudadanía, los medios se pueden convertir, involuntariamente, en instrumentos de propaganda para el crimen organizado. De modo que, en un acto de “autocensura”, los medios deben de resolver un dilema: informar sin exaltar (no hacer propaganda de la violencia). Al mismo tiempo deberán mantener un debate: si el gobierno combate al crimen organizado de la manera adecuada. El límite del Acuerdo está en el reconocimiento de que sin libertad de expresión no hay democracia, declaración que no encaja con la idea de que el Acuerdo pretende homologar una misma forma editorial, que los periodistas no firmen sus notas, que se elaboren notas conjuntas y no hacer reportes en vivo en las zonas violentas, protegiendo así la integridad de los periodista y de las víctimas.

Como ya dijimos, el propósito del Acuerdo se inscribe en el pergamino de las buenas intenciones y es por ello loable. Sin embargo, con la pena de ser un aguafiestas, comparto con usted, apreciado Lector, algunas señales de advertencia.

1. El mensaje general puede entenderse como que todos deben de pensar igual y no darle tanta proyección a la violencia, de esta manera las cosas, pensamos otros, no se verán tan duras como realmente están. Política de avestruz: esconder la cabeza.

2. En el Acuerdo sólo se maneja, discretamente, el abuzo de poder que en razón de su accionar comete el ejército y las otras fuerzas públicas. Por otra parte, recuerde usted que el Presidente ha manifestado en diversas ocasiones que los medios contribuyen a crear un ambiente de temor en la sociedad y, hasta parece que justifican los actos violentos y convierten en héroes a algunos malhechores. Pues bien, ambos comentarios nos hacen inferir que dicha iniciativa viene de las más altas esferas de gobierno, lo cual es motivo de desesperanza antes que de entusiasmo, porque en vez de atenuar el problema de manera efectiva, parece que la mejor opción es taparlo.

3. ¿Es esta una buena iniciativa? ¿Taparlo o ignorarlo? A cuanto testaferro capturen con un arma larga o corta pero calibre .38, para el caso es igual, ¿deberá ser tratado como presunto inocente antes que como presunta culpable? Lo cierto hoy es que la generalidad de los medios de comunicación y del gobierno, han agotado su crédito ante la sociedad y este Acuerdo no abona mucho para recuperarlo. Más bien parece que el miedo ya penetró a los medios, que el gobierno reconoce implícitamente su incapacidad para suprimir a las organizaciones criminales por increíble que parezca y que, una forma de paliar su ineficacia, es hablando menos del problema lo que significa, en la práctica, una “Ley Mordaza”, discreta, disfrazadona, pero por algo se empieza.

4. El Acuerdo incluye un compromiso relacionado con la participación ciudadana el cual se dará a conocer, reglas y funcionamiento, en un plazo de 30 días. O sea, en poco tiempo veremos una estructura novedosa en la cual los patos le tiran a las escopetas. Me explico: lo normal, aplicando un principio de autoridad, es que alguien diga lo que se tiene que hacer y vigile que se haga; lo anormal es que ese alguien se autoponga un vigilante y le indique lo que debe vigilar.

Bien, como aún no han hecho su reglamento para que opere el citado organismo ciudadano de vigilancia sobre el apego de los medios al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo, aprovecharemos para mandarles desde aquí algunas características que debieran incluir para solventar algunas impurezas del parto: a) que los miembros del Consejo Ciudadano no sean ni dueños ni ejecutivos de los medios; b) que sea un organismo autónomo con un presupuesto de gastos obtenido de una colecta pública y, en ciertos casos, de ONG altruistas; c) que sus directivos lo sean a título honorario y, d) que entre los miembros del Consejo se incluyan Consejeros estudiantes. Por lo pronto, que nadie le saque a ¡decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad!