sábado, 26 de febrero de 2011

Narcovacunas

Al igual que usted, estimado Lector, he observado a través de la prensa y la televisión, los coletazos de muerte que están asestando a sus respectivos pueblos, los corruptos, opresores y longevos mandos dictatoriales en varios países del norte de áfrica y de asia menor: Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Jordania y Yemen, entre otros, y nos solidarizamos con el dolor y la pena que hoy agobia a esos países que, aunque lejanos, no son menos hermanos. También nos escandaliza y nos invadimos de impotencia al saber de la brutalidad con que esos hermanos son repelidos por la fuerza militar, salvo honrosas excepciones, traduciéndose en cientos de muertos y miles de heridos.

Haciendo un breve recuento, en pocos días se han registrado cerca de 2,000 muertes y más de 15,000 heridos, de los que la dictadura Libia es responsable por más de la mitad de dichas cifras. Esta bárbara masacre sobre el pueblo libio no puede concluir con el simple exilio de Omar Kadafi (o como se escriba, que no tengo ningún interés en hacerlo con propiedad), un exilio de lujo, lujuria y oro sobre la sangre derramada y las segadas esperanzas de generaciones enteras de jóvenes y niños inocentes. No señor, Kadafi debe ser juzgado y castigado según las Leyes del pueblo libio.

Observe usted como nuestra capacidad para indignarnos y horrorizarnos con lo que está pasando en esos pueblos árabes es muy grande y dolorosa y observe también nuestro muy alto potencial de asombro ante la increíble saña con que la población civil es reprimida y nuestra profunda tristeza y pesar ante las desgarradoras escenas que nos muestran de los familiares y amigos de los hombres y mujeres caídos y también, al mismo tiempo, nuestra incredulidad por el salvajismo represor y el inexplicable e imperdonable número de muertos registrados en esos 6 o 7 países que juntos suman 190 millones de habitantes: ¡2,000 muertos! ¡No puede ser! –decimos-, ¡esperemos que esta tragedia no trascienda a una guerra civil!.

Pues que le cuento, salvo muy loables excepciones, esa capacidad de indignación, dolor e impotencia que le digo respecto de lo que le pasa a los pueblos árabes, aquí en México, a pesar de lo que nos esta pasando día a día y desde hace más de 4 años (diciembre del 2006), ya no sentimos nada. Los reportes sobre los muertos con violencia de cada día, a balazos, puñaladas y granadas, ya parecen choteo, ya ni son tema de plática ni noticia de alto impacto; 20 o 30 y hasta 40 muertos diarios no nos conmueven y menos los asaltos y los secuestros, ¡claro!, en tanto a nosotros y a nuestras familias no les ocurra algo de esa abundante criminalidad que nos pasa rozando pero que la sentimos lejos y ajena.

Y dígame usted si no es así. Reflexionamos con gravedad que es inaceptable e impropio de nuestros civilizados tiempos, tantos muertos entre los árabes tan solo por protestar en las calles su hartazgo ante la falta de libertad y oportunidades para alcanzar mejores niveles de bienestar económico. El precio hasta hoy, inaceptable desde luego, son 2,000 civiles inocentes. Bueno, pues en México, por una guerra que no declaramos, que no nos es ajena pero en la que tampoco nos dan armas ni elementos para participar, llevamos la desmesurada cifra de ¡35,000 muertos!, es decir, 700 cristianos al mes o, si usted lo prefiere, 23 matados por día que, además, suben al cielo muy lentamente por la cantidad de plomo que llevan en el cuerpo.

¿Quienes sufren las consecuencias de esta diaria matanza? Solamente los familiares de las personas asesinadas, secuestradas, amenazadas o heridas. Los demás, si acaso alzan los hombros en señal de resignación por lo que está pasando. Dicho de otra manera: si la guerra es del Estado mexicano en contra de los narcotraficantes y entre éstos de unos contra otros para ganar territorios, y los ciudadanos quedamos atrapados en el fuego cruzado y no podemos dimensionar el significado de 35,000 muertos violentamente, entonces estamos vacunados, es decir, ¡narcovacunados!

Se dice que a partir de los años 90, los cárteles mexicanos cobraron fuerza debido al cese de operaciones de los cárteles colombianos, en particular los de Cali y de Medellín, y que en la actualidad los mexicanos dominan la totalidad del mercado de drogas de los Estados Unidos. Es posible, ante esta circunstancia, que el gobierno de los Estados Unidos haya inducido al gobierno mexicano a combatir severa y contundentemente a los cárteles de México, pues ya el comercio de estupefacientes se operaba prácticamente en la frontera mexicana, es decir, a las puertas de su casa.

Lo que siguió después fue el arresto de algunos líderes importantes de los cárteles, particularmente de los de Tijuana y del Golfo, así como la gran militarización del territorio mexicano, acción que provocó una respuesta violenta, consistente y, supongo que inesperada, de parte de las organizaciones criminales.

La estrategia adoptada por el gobierno mexicano en su lucha contra el crimen organizado ha tenido duras críticas por parte de numerosas organizaciones civiles que han señalado que la presencia del Ejército en las calles ha coincidido con un aumento en el número de violaciones a los derechos humanos. Al tiempo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha alertado sobre el aumento de quejas recibidas por esta cuestión.

La verdad, no veo como pudiera ser de otro modo, puesto que, por ejemplo, si se revienta una granada en medio de un amotinamiento en una cárcel, para someter a los reos, se puede anticipar con certeza que habrán algunos muertos y muchos heridos. Pues eso es el ejército, una granada, y no puede moverse con delicadeza cuando de someter a una organización criminal se trata. El ejército es una fuerza efectiva, frontal, visible y contundente, y como tal está concebida y entrenada y no se le puede criticar por ello. Considero que su misión la ejerce con disciplina y patriotismo y en su accionar, involuntariamente, se llevará a algunos entre las balas destinadas para otros.

Que se puede hacer. Por lo pronto ya no queremos más vacunas. No queremos otra dosis que nos haga insensibles a otras 35,000 bajas. Me parece que este número, por su propio peso obliga a cambiar la estrategia del Estado para combatir a los cárteles. El primer paso podría ser retirar al ejército de esta misión de combate al tiempo que se reconstruyen los cuerpos policiacos que son los adecuados para este tipo de delitos; el segundo, que los Estados Unidos blinden su frontera para evitar el flujo de armas “made in usa” hacia México y simultáneamente que la droga no pueda pasar hacia ellos; y, tercero, que el Gobierno de México le permita el libre paso y actividades a la DEA y al FBI para que se hagan cargo de esta bronca y, por favor, que los mexicanos que queremos vivir sin necesidad de las narcovacunas, que no veamos esto como una invasión norteamericana. Total, cuando les de la gana pueden invadir. Aún siguen en Irak que les queda más lejos.

sábado, 19 de febrero de 2011

Estado sin Secretos

Francisco Blake Mora, nuestro flamante Secretario de Gobernación, ha de haber sentido que la Virgen le hablaba cuando su secretaria le dijo: “jefe, Janet Napolitano quiere hablar con usted y por el tonito que se le oye no tardan en invadir México y extender la frontera gringa hasta San Luis Potosí. En la línea 2 está Sarkozy, ¿a quién le paso primero?” A Janet, por supuesto, pásamela, pásamela –le urgió el Secretario-, a quien su color serio no le fue suficiente para disimular la palidez facial que tal llamada le provocó, puesto que ya sabía del ataque a los agentes estadounidenses Jaime Zapata, lamentablemente fallecido en el acto y a Víctor Avila quien, pese a sus heridas, sobrevivió a la balacera. Ambos elementos estaban asignados a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), agregada a la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México.

- Señora Napolitano, jaguar yu –ha de haber dicho Blake Mora muy sacado de onda-, le ofrezco una investigación profunda para esclarecer la agresión contra sus agentes.

- Mister Secretario –ha de haber contestado Napolitano-, en primer lugar no son mis agentes, pero como sea, un ataque contra alguno de ellos, es un ataque contra todos los que están al servicio de Estados Unidos. Sepa usted que condeno enérgicamente dicha agresión y que al mismo tiempo nos mantenemos comprometidos con el amplio apoyo que hemos acordado para combatir los actos criminales en México. El Gobierno de los Estados Unidos –siguió diciendo la señora Napolitano, ya embalada al no escuchar ni un respiro del otro lado de la línea-, se encuentra triste y ultrajado por el asesinato de nuestro compatriota Jaime Zapata y por las heridas de su pareja, Víctor Avila, por lo que esperamos de usted su mayor colaboración para capturar a los responsables que deberán enfrentar a la justicia.

- OK, señora, le reitero mi ofrecimiento de realizar una investigación profunda.

- No me estas entendiendo baby. Esta investigación criminal la encabezan ustedes pero la haremos nosotros, ustedes juntar a sus expertos tehuacaneros y nosotros poner al FBI y no olvidar que los Estados Unidos se mantendrá implacable para garantizar la seguridad fronteriza, para nosotros, claro, y apoyar a ustedes a desbaratar y desaparecer a todas esas bandas de narcotraficantes que los matan a ustedes y que ya nos están asesinando a nosotros.

Hasta aquí, estimado Lector, la inevitable charla que sostuvieron Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el Secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, cuyos diálogos son fáciles de imaginar porque de alguna manera se desprenden de los comunicados oficiales y declaraciones en entrevistas que ambos han difundido a través de los medios de comunicación. Sin embargo aún no se da respuesta a las dudas que nos asaltan como mexicanos preocupados por entender una soberanía que no sabemos hasta donde ha sido vulnerada.

Por principio de orden, nos preguntamos que es esa oficina denominada ICE, agregada a la Embajada de Estados Unidos. Para ello, me dispuse a navegar por Internet (navegar, caray, en una computadora acabó el Sol, el mar y el grato rumor de las olas y de las chelas), y encontré en El Universal, la siguiente nota: “La embajada estadounidense detalló que el ICE, al que pertenecían los agentes atacados, cuenta con personal en 69 ciudades de 47 países alrededor del mundo. Ellos coordinan investigaciones contra organizaciones criminales transnacionales y fungen como vínculo entre la Agencia y los gobiernos de diversos países y sus agencias de procuración de justicia. Los agentes especiales de ICE utilizan su autoridad aduanal para brindar información y apoyo en investigación de casos al trabajar con sus contrapartes mexicanas. Este esfuerzo conjunto se aboca a una amplia gama de crímenes transfronterizos que incluyen narcotráfico, explotación infantil, trata de personas, contrabando de armas, narco-túneles y contrabando de dinero en efectivo". (Subrayado mío).

Como usted podrá apreciar, no es una tarea menor, ya que los objetivos que justifican su presencia son de vital importancia para la sociedad pero de alta ingerencia en los asuntos de gobernabilidad. Pero entonces porque no saber cuántos “diplomáticos” son agentes encubiertos. ¿Por cuestiones de seguridad? ¿Por eso se les prohíbe portar armas? Entonces la policía uniformada que es visible y está expuesta, por eso si puede usar armas. Pero, bueno, atrás de esta aparente simpleza, surge justamente uno de los elementos trágicos que potencian y enervan el desarrollo de las acciones criminales: ¿quién fabrica las armas de alto poder?, ¿porqué Estados Unidos con toda su fuerza y tecnología no puede blindar la frontera y erradicar el contrabando de armas hacia México? ¿Habrá caído en la cuenta la señora Napolitano que el arma que segó la vida de su compatriota se fabricó en los Estados Unidos?

¿Cómo pueden saber tan rápidamente los legisladores estadounidenses que sus agentes fueron emboscados en la carretera 57 por sujetos armados que iban en dos camionetas? Aquí se dicen otras cosas, por ejemplo, que fueron atajados en un falso reten y al identificarse como diplomáticos los balearon. El caso es que el Estado Mexicano no tiene secretos y eso significa vulneraciones muy graves a la seguridad nacional, que los cárteles se han infiltrado a la propia Secretaría de Gobernación y a los agentes mexicanos o gringos, que colaboran para combatir las diversas formas de crímenes que ya mencionamos. Estas preguntas deberán ser contestadas por Víctor Ávila, el sobreviviente.

Unos hablan de un ataque casual, otros de una emboscada, unos más que el ataque fue perpetrado por los Zetas pero, a ciencia cierta, nadie sabe los motivos por ahora y, si surge a mi modo de ver, una posible advertencia: ¿Por qué dejaron vivir a uno de los agentes si fueron rociados por docenas de balas de metralleta? Posiblemente para que lleve un mensaje a los Gobiernos de México y Estados Unidos que no nos van a decir a la ciudadanía. Pero no se preocupe, estimado Lector, en cuanto lo suban al expediente “TOP SECRET”, nos enteramos todos.

Esta narcoguerra, cada vez se pone más difícil para México. Nuestro país pone los muertos (ya son alrededor de 35,000) y los Estados Unidos las armas y las balas y nos presionan porque se sienten ofendidos. Y vea si no: el diputado McCaul declara que este ataque debería ser una llamada de atención para el Presidente Barack Obama y así comprendiera que tienen una guerra a las puertas de su nación; Eric Holder, el Procurador de Justicia, afirma que la investigación la dirigirá el FBI a fondo, agresiva y con todos los recursos disponibles para detener a los culpables. ¿Patria soberana o suave Patria?

-¿Lic., le paso a Sarkozy?, o lo transfiero a Relaciones Exteriores…

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domingo, 13 de febrero de 2011

Algo nuevo cada día

Cuantos torbellinos sin fin hemos vivido
Y cuantas noches de agónicas veladas,
Mortales pruebas, han sido todas superadas.
 
Cuanto tiempo consumido
Desde aquellas tardes muy lejanas
Que tu mirada seductora
A mi corazón atrapara,
¡Con una falda muy corta
Y una sonrisa muy larga!
 
Cuantas madrugadas de amor
Nos desvelaron, entre una avalancha
De besos, mientras los demás,
En apacible sueño, se hundían.
 
Al paso de tantos años
Mi corazón esta cansado,
Pero no se rinde ni confía
De la dulce calma que han sembrado
Las pasiones ya lejanas que aun no enfrían.
 
Nada, por lo aprendido, he ganado,
Se debe empezar de nuevo cada día.
Te seguiré llenando de besos
Tanto más que mis manos
Se han puesto torpes y sombrías.

Y más amor verás en mi mirada
Y más versos de color apasionado,
Porque te confesaré cada mañana,
Que siempre de ti, como tu sombra,
¡Viviré inseparablemente enamorado!

CERP

ANEMIA

Mis días sin sosiego tu ausencia entumen,
Como entume la llovizna fría de enero
Que hondo cala a pesar de abrigarme
Con el mullido forro de tu recuerdo
O de tu voz de junco ocasional y breve,
Que desde lejos como un eco llega,
Y que no sirve para sanar la anemia
Que tu intolerable y lejana ausencia deja.

 

Ah, las noches son mucho más frías,
Más largas y sombrías
Y mi pensamiento se fuga y no descansa,
Ni mi cuerpo, ni los diablos que me dicen…
Que igual a ti no te pasa.

 

Deambulo por las noches revisando la casa,
Repaso tus fotos y docenas de detalles
Donde encuentro tu mano, tu amor por lo nuestro,
Tu voz de mar abierto, animosa y cálida,
Que por todas partes me invade
Y entonces no hay noche ni día perdido, me digo,
Y beso tu imagen y desde aquí te bendigo
Y cierro los ojos y sueño contigo
Y en mi sueño te atrapo y salida no cabe,
Te empapo de besos, hablo solo
y diagnostico: infectado de amor y de tu ausencia!

 

CERP

sábado, 12 de febrero de 2011

Democracia a la Mexicana

Cuando el PRI cedió la silla presidencial ante el empuje de la ciudadanía, después de casi 70 años de estársela apropiando, se manifestó la voluntad de un pueblo en dos direcciones: demostrar que era posible que otro partido gobernara al país y evidenciar que no se tiene conciencia de clase o, por decir lo menos, que la mayoría del pueblo no conoce la ideología que sustenta el programa de cada partido.

Sin embargo, pese a lo anterior, quedó flotando la duda de que un pueblo de obreros, campesinos y burócratas decidiera desbarrancar al PRI y encarrilar al PAN (habiendo ya un partido de izquierda como el PRD), no por cuestiones ideológicas, si no simplemente porque ya estaba harto de soportar los excesos priistas y el PAN tenía muchos años y presencia en la oposición como no la tenía el PRD, relativamente más joven.

Para la siguiente elección electoral, con un PRI castigado, un PAN sin consolidarse como gobierno y un PRD pujante y arrollador, se presentó la gran oportunidad de que el pueblo eligiera, aún sin consideraciones ideológicas, a este último partido y lo llevara a gobernar a un México esperanzado. De haberse dado esa elección, considero que nuestro país estaría recibiendo una instrucción política completa y una enseñanza práctica que le permitiría llegar al 2012 con la evidencia de gobernabilidad y resultados correspondientes, en términos de bienestar y empleos alcanzados, por cada una de las tres principales fuerzas políticas. Así el pueblo, estaría mejor preparado para ejercer su voto.

No pasó nada. En el cambio del PRI al PAN, la propaganda del miedo dejó en el camino al PRD. Ese fantasma que recorría Europa, como lo describían Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, fue amplificado en México con las más modernas técnicas de difusión y comunicación. El numerito se repitió en la siguiente elección con el agravante de que el candidato del PRD sufrió arrebatos de soberbia al sentirse ganador, que bastaron para calificarlo como “un peligro para México” y que el pueblo, ahora ya sin sombra de duda, confirmara que no tiene conciencia de la ideología que sustenta cada partido y, de nueva cuenta, con un empujoncito del IFE y otro del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, llevó al PAN a un nuevo sexenio de gobierno.

¿Marca esta tendencia igual desenlace para el 2012? Creo que no. En estos 10 últimos años están cambiando las cosas. La falta de ideología y conciencia de clase y de partido en el pueblo, están cambiando el eje de gobernabilidad, rompiendo los viejos moldes de equilibrio en el poder al pasar de una estructura vertical, hegemónica, alineada a un hombre fuerte, a una estructura horizontal en la que el hombre fuerte lo deja de ser y su lugar es ocupado por un partido que, por si faltara algo, no gobierna solo, si no que lo hace con el apoyo alternado, según las circunstancias, de alguno de los partidos de oposición mayoritarios, sin importar su ideología. Este sistema que crea una nueva fórmula para gobernar, hasta donde la miopía me alcanza, es única en el mundo y, por tanto, adquirimos el derecho innovador de patentar una “Democracia a la Mexicana”.

Pero bueno, si el pueblo no tiene mucho conflicto con la ideología, los hombres que integran los partidos, que vienen del pueblo, pues, consecuentemente, tampoco tienen brete alguno con los principios ideológicos. Los Estatutos y Programas de los partidos resultan textos que sirven para adornar los discursos y arengas tanto en los recintos camarales como en los mítines que se dirigen fervorosamente a los ciudadanos para obtener su voto. Para eso sirven, no para jugarse la vida en defensa de los ideales del partido, ni para romperse la mandarina con el fin de lograr un beneficio para la sociedad. ¡Hacerse del poder sin importar el partido, es evidenciar que no importa la ideología!

Esta descomposición apresurada de los valores ideológicos de los aspirantes a un puesto popular, de la desvergüenza política y social de los partidos, de la fractura de por sí débil que guía a un líder respecto de los ideales y necesidades de un pueblo, ha significado una regresión para nuestro incipiente avance democrático, ya que los ciudadanos votan por una persona, motivados muchas veces por el impulso mediático sin importar si milita en un partido hoy y mañana en otro. Resultados: alianzas ética y moralmente inaceptables.

A mi modo de ver, el colmo del cinismo político de los partidos y sus candidatos, así como la ausencia de castigo por parte de los votantes, se ha expresado con toda su crudeza y con el penoso descaro de una farsa, en las recientes elecciones para gobernador en los Estados de Guerrero y Baja California Sur. En el primero, un militante del PRI, molesto porque su partido no lo eligió candidato, se pasó al PRD, se ¡alió con el PAN! y el pueblo lo eligió con generosa ventaja. Una semana después, en la segunda entidad, un militante del PRD, por idénticos motivos, traicionó, digo, renunció a su partido ¡se pasó al PAN! y el pueblo lo hizo gobernador con su voto. La vergüenza partidista, la verticalidad, honestidad y congruencia de un hombre ya no son valores, ya no tienen significado, ya nadie cree en nadie (es una tautología negativa, pero así es) y el pueblo vota por una imagen, la que se repita más veces en la tele, periódicos, carteles espectaculares y fotos colgadas en cada poste o farol de la calle. ¿Dónde quedó la bolita?

¿Qué dicen los voceros del partido que creían tener vía libre hacia Los Pinos en 2012, después del gran logro electoral que vivieron el año pasado? Peña Nieto dijo, respecto de Guerrero, que el pueblo votó por un priista, por tanto, queda una señal buena y un aprendizaje: que deben tener más cuidado al seleccionar a sus candidatos en función de las preferencias de los votantes; ¿qué dijo Beatriz?, que no perdieron en Baja California, dado que el margen fue muy estrecho, ¡más bien que no ganaron! A partir de estas declaraciones, no cabe duda que al fin se impondrá la política del tío Lolo. Mensaje: nadie la tiene segura para el 2012. Algunos muertos gozan de cabal salud; algunos vivos tienen un pie en la tumba; y algunos que están navegando con bandera de badajo, se pueden colar.

Los ciudadanos que queremos elecciones limpias y transparentes y partidos comprometidos, profesionales y confiables, tenemos que impulsar reformas profundas a la ley y procedimientos electorales. Hay muchas cosas por hacer, pero para ir entrando en materia, propongo una tercia de puntos: 1) quitar a los diputados la facultad de elegir a los Consejeros Electorales del IFE y de los Estados, ya que este es un organismo de transparencia ciudadana y por tanto debe estar en manos de un Consejo Ciudadano; 2) el militante que cambie de partido en periodo de selección de candidatos, precampaña o campaña, debe ser suspendido de sus derechos electorales al menos durante tres años, en tanto se educa en la ideología de su nuevo partido; 3) el candidato electo que se cambie o renuncie a su partido, deberá renunciar también al puesto que fue elegido. Basta de burlas al ciudadano que lo eligió estando en otro partido. Basta de marearnos y tomarnos el pelo. Basta de faltarnos al respeto, cuando traicionan los principios por los que pidieron el voto.

Columnista

domingo, 6 de febrero de 2011

IMELDA

Abrí la ventana y al fin se derramó el recuerdo,
 Era un recuerdo pesado, cargado de sentimiento,
Recuerdo que salió de mi casa siendo de día,
Dio vuelta a la esquina, como remolino y se fue.

Sentí mucho pesar, suspiros, nostalgia, tristeza,
Todo se llevó el vendaval, se lo llevó arrastrando,
Son muchos años cuya carga doblan la espalda
Y solo un viento rasante puede arrastrarlos.

Desdoblado te fui a buscar, a recordarte llena de risas
Y llena de miedo; a buscar tus ojos negros como la noche,
Sábanas de seda negra, pupilas de brillo intenso,
Y te vi, sí, cual te adiviné te vi, mi recuerdo te recuperó

Bella, como una rosa párvula y aromada que aún no abre,
Que llena de color, de luz, de vida, mi estrecha celda;
Y suplico al recuerdo que con esmerado fulgor te trajo,
Antes de que el dolor de tu distante espacio me quiebre:

¡Déjame rebautizar la rosa! ¡Déjame llamarle Imelda!
 

El Futuro de la Educación en México

Hoy conmemoramos el día de la Constitución de 1917. Ya esta viejita y bastante maltratada. Pronto cumplirá 100 años y la siguen violando, en especial aquellos que son descendientes de los Constitucionalistas: Diputados, Senadores y Consejeros Electorales. Y para no hacer una larga relatoría de tales vejaciones, solo mencionaré como ejemplo el último ultraje del que tengo conocimiento: los Diputados de Querétaro eligieron a un nuevo Consejo Electoral sin contar con el número mínimo de votos que manda la Constitución. El caso está en manos del Tribunal Superior Electoral de la Federación (ni siquiera lo sé escribir correctamente de tan largo nombre que tiene) y, si falla a favor de los Diputados infractores, será una mancha más al expediente de impunidad en México.

Hoy es un buen día para reflexionar acerca de la estructura de la regla fundamental que nos gobierna y nos da sentido como nación. A casi 100 años de distancia la Carta Magna requiere de un proceso de reconstitución a fondo, el botox superficial que de cuando en cuando se le inyecta no es suficiente amén que la deforma. Y como soy de los primeros que plantean esta circunstancia, entonces pido mano y propongo que el tema de la educación sea el primero en recibir un hálito reconstituyente.

Por años, muchos años, hemos centrado nuestra atención en el crecimiento de la economía y eso ha desviado nuestros esfuerzos de fortalecer y desarrollar la cuestión básica de todo pueblo: lograr el más alto nivel de formación educativa. Nuestro razonamiento ha sido que si logramos un mayor crecimiento económico, entonces podremos obtener más y mejores empleos y con ello el ingreso familiar necesario para pagar todas las demás necesidades como una casa, sustento, entretenimiento y, entre otras cosas, educación y seguridad. ¿Cuál ha sido el resultado de esta forma de pensar? Un país que crece desequilibradamente, con una pequeña parte de la población muy rica y muy moderna contra un 80% que se debate en la pobreza.

En política, el orden de los factores si altera el producto. El sentido del quehacer nacional debe partir de poner a la educación como la plataforma que impulse el desarrollo y el bienestar económico de los mexicanos. Una educación masiva de excelencia nos llevará forzosamente a crear las fuentes de trabajo que corresponden a esa nueva oferta de trabajo y con ello vendrá un mayor crecimiento económico, mejores ingresos y en consecuencia el dinero necesario para comprar una casa, comer bien, salir de vacaciones, disfrutar de paz y seguridad, entre tantas cosas que nuestro pueblo demanda.

Sin embargo, aunque parezca obvio que es mejor seguir el curso de un río cuesta abajo en lugar de remontarlo, el gobierno por convencimiento propio no lo va a hacer, ya que sus prioridades en el manejo del presupuesto nacional son de carácter político electoral antes que económico popular. Hay que gastar, preferentemente en obras de relumbrón, faraónicas, que se vean de inmediato, ya que gastar en educación es algo que no se ve de manera tan obvia y cuya maduración puede llevar fácilmente de 10 a 20 años. Dicho de otra manera: la cuestión educativa como prioridad nacional, antes incluso que comer (estoy a punto de exagerar), tiene que ser una función ciudadana, algo que nosotros, empleados, empresarios, deportistas, artistas, periódistas, televisoras, policías, amas de casa, religiosos, campesinos, obreros, sindicatos y organismos no gubernamentales, entre otras tantas opciones ciudadanas que existen, tiene que ser, repito, una acción de los ciudadanos que obligue al gobierno a destinar los recursos presupuestales necesarios para garantizar, con una perspectiva de largo plazo, transexenal, el logro de una educación excelente, ajustada a la nueva realidad mundial y al legítimo derecho y aspiración que todo padre de familia tiene respecto de la educación que sus hijos reciben.

Citaré, para concluir esta primera exposición sobre la perspectiva de la educación, las recomendaciones que Andrés Oppenheimer relaciona en su multicitado libro ¡Basta de historias!, que una vez más le recomiendo que lo adopte como libro de cabecera, ya que en si mismas constituyen un programa nacional de educación y que él, sin mayores pretensiones, las titula como “Las 12 claves del progreso” (p. 381). El que esto firma las ha dejado en un decálogo mezclado con algunas ideas personales:

1. Ver hacia el futuro. Menos historia y más tecnología.

2. Formar organizaciones ciudadanas bajo un proyecto nacional de educación que lo convierta en una política de estado a fin de trascender la política de coyuntura de cada nuevo Presidente. Sugiero nombres al proyecto: “Educación y Desarrollo”, “México por la Educación” o “Estudiar para Ver” o mejor el que usted proponga.

3. Crear un PIB educativo así como tenemos un PIB económico. Algo así como un PNE (Producto Nacional Educativo), que nos mida de verdad.

4. Invertir muy fuerte en educación preescolar y básica. Después, ya no hay remedio, si los estudiantes llegan mal preparados a la Universidad, así salen.

5. Formar maestros altamente capacitados y comprometidos con el cuidado y la evolución de lo más valioso que tiene un pueblo: sus niños y sus jóvenes.

6. Elevar el estatus social y económico de los Maestros (para empezar siempre se deberá escribir la palabra Maestro, con mayúsculas) e invertir fuerte y permanentemente en su capacitación y superación académica.

7. Fomentar mediante todos los medios de comunicación habituales, una cultura familiar en pro de la educación. Enaltecer que todo sacrificio por educar a un mexicano, vale la pena.

8. Romper con el aislamiento educativo y con el prejuicio de que perderemos nuestra cultura y nuestros valores si se instalan en México Universidades Chinas (ya nos estamos tardando en aprender mandarín) o gringas o europeas, de todas maneras mucho de nuestra mexicanidad la estamos perdiendo con nuestra política, ahí si, de puertas abiertas a la televisión extranjera. Absurdo, ¿no?

9. Atraer inversiones hacia los campos de alta tecnología o tecnología de punta, de producción de bienes de capital. Ya esta bueno de máquinas para hacer tortillas o empacadoras de atún y confección de ropa. Hay que entrarle a cosas como la nanología, la medicina nuclear, la fibra de vidrio, la resonancia magnética nuclear, la síntesis de nuevos compuestos químicos, la química de substancias biológicas, la robótica, la ingeniería genética, la biotecnología, el proyecto genoma, el DNA, la clonación y tantas y tantas materias nuevas que circulan por el mundo mientras nosotros seguimos enseñando contabilidad, leyes y sicología a la mayor parte de nuestros estudiantes.

10. Aceptar el mundo como es e insertarnos en una educación internacional, sin prejuicios, profesional y comprometida con abrir lo mejor del mundo a lo mejor que tenemos: nuestra juventud. Pero, cuando hacerlo si aún festejamos que se contrate para la Selección Nacional de futbol a un entrenador extranjero y, sin embargo, contratar mediante una convocatoria internacional a otro extranjero para que sea Rector de la UNAM, nos parecería un disparate, una verdadera ofensa a nuestro sentido patrio.

Ni más que decir, así están las cosas y no avanzaremos si la ciudadanía no se organiza y actúa. México no aguanta ni más desigualdad ni más pobreza y la ignorancia nos hará esclavos, si no de los gringos o de los europeos, pues entonces de los chinos.

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carlosricalde@elquintanarroense.com