sábado, 9 de julio de 2011

El Voto Negro

En los últimos tres sexenios, la propaganda electoral ha manipulado el voto del ciudadano hacia un determinado candidato, por la vía del temor, del miedo a la pérdida de las pocas, pero importantes, conquistas populares. Así llegó Zedillo tras el asesinato de Colosio; Fox ante el hartazgo y la corrupción priista; Calderón en vez de López Obrador al que calificaron de un peligro para México. Hoy, después de 12 años de pobreza, desempleo y muerte, se vislumbra el regreso del PRI a la Presidencia de la República. Sin duda, la alternancia sería un excelente indicador de madurez política, pero no en México, aquí es producto de la tranza, del cochinero electoral, del intercambio de favores, del dispendio de los recursos públicos, de la pobreza e ignorancia del pueblo, de una democracia inexistente, de un ausentismo de electores del 57%. Este es el voto negro: el de los votantes que lo hacen por miedo a otorgar el poder a la oposición y el de los que no votan porque no creen y su abstención se vuelve mensaje de luto.

En una democracia madura el objetivo partidista fundamental es hacerse del poder para implementar su programa de trabajo en bien de la mayoría, no en buscar alianzas con el diablo para impedir que un determinado partido se haga de ese poder. ¿Es nuestra democracia participativa y plural? Lo que se evidencia muestra otra cosa: es participativa pero grupal; la ideología y los programas se supeditan a las alianzas para sumar votos; el poder se negocia y reparte en las cúpulas (Acuerdo Gordillo-Calderón); los órganos electorales dependen de los partidos; la mayoría de los electores se ausenta de las urnas y el que gobierna se impone con una minoría. Ejemplo: Eruviel Avila obtuvo el 62% de los votos ejercidos, con lo cual se ve excelentemente arropado por la ciudadanía; sin embargo, respecto del padrón electoral sólo equivale al 26% de los posibles electores. Es decir, Eruviel va a gobernar con el apoyo de 2.8 millones de mexiquenses y, en principio, con la oposición y desinterés de ¡7.8 millones de sus paisanos! Los que no votaron fueron más de 6 millones de personas. ¿Diógenes, donde está la democracia?

Los priistas en el Estado de México están de fiesta, pero en todo caso van a celebrar que conservaron una vez más el poder y que se robustecen sus aspiraciones para gobernar al país del 2012 al 2018 con una minoría, pero seguirán debiendo al pueblo una verdadera fiesta cívica donde se celebre un nivel, digamos, del 90% de votantes participativos. Por lo pronto, los ganadores restan importancia a este evidente y luctuoso repudio de las mayorías que no votan y que, en la práctica, se vuelven votos, aunque sean negros, a favor del candidato ganador.

¿Qué sigue después de esta tan observada votación en EDOMEX? Que Calderón, en su muy personal estilo de combatir el fuego con el fuego, impulse una elección de Estado, sin aliarse con el PRD y volviendo al ataque que inició en el 2009 acusando al PRI de ligas con el narcotráfico; que capture votos refrendando sus acuerdos con Elba Esther o que de una buena vez la desplace del liderazgo magisterial y gane simpatías populares por ello; que el PRI meta el acelerador a fondo haciendo uso, como sabe hacerlo, de los recursos públicos en los Estados que gobierna y que son la mayoría, para fortalecer la imagen de su candidato y que el PRD, antes de las elecciones, asegure con autoridad que las encuestas en su contra sobre la intención del voto no tienen importancia, que la verdad se verá en las urnas y será a favor de ellos. Después de las elecciones recorrerán el país diciendo que las elecciones que perdieron fue a causa de que las encuestas condicionaron e influyeron el sentido del voto ciudadano y que impugnarán los resultados y echarán abajo la elección. El IFE y el TRIFE perderán el poco prestigio que les queda. Lástima, nunca llegó a ser un poder ciudadano, que para eso se constituyó.

Eso sí, la batalla será dura. El PRD luchará por reposicionarse a los niveles que alcanzó a finales del gobierno de FOX, algo que hoy, se ve muy lejano; el PAN-Gobierno hará todo lo posible porque el PRI no regrese y el PRI regresará porque, aunque muchos no lo crean, el pueblo sigue siendo priista. No es de derecha ni de izquierda, va por el centro. Fiestero aunque se tenga que empeñar; Guadalupano aunque se pospongan los milagros; priista aunque se dosifique el progreso. Voto negro en todo caso.

Columnista

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