sábado, 6 de agosto de 2011

Naufraga la Unión Europea

Europa es un lugar para muchos países. Lamentablemente, durante miles de años se han pegado con todo. Los territorios de sus pueblos, cual lastimero bandoneón, se han ensanchado o encogido según su capacidad bélica y han regado de sangre cada rincón de Europa por lo menos desde 500 años A.C. (sólo por hacer un corte temporal), con lo que se puede constatar que de cuando en cuando, con pausas pero tupido, acumulan cerca de 2500 años matándose entre ellos, sin contar desde luego sus guerras externas. La última gran matanza que organizaron con la 2ª. Guerra Mundial, tiene apenas un poco más de 60 años y muy recientemente, en menor escala, pero no menos encarnizada, la guerra de los Balcanes. Así reaccionan las naciones “civilizadas”. Lo he dicho antes: al hombre le ha sido dado la inteligencia, pero no la razón. Cuidado cuando en una junta, de la condición que sea, alguien diga, “seamos razonables”, porque eso significa que esta perdiendo la paciencia, que no logran ponerse de acuerdo y que, entonces, tratará de imponer su “razón”. Es un mito.

Parece mentira, pero ha sido maravillosamente loable que Europa se haya recuperado en muy pocos años de la demoledora destrucción ocasionada por la sinrazón guerrera de los años cuarentas y que, sobre todo, erigieran un monumento a la inteligencia y al humanismo, en el propósito de crear una sola nación: una Europa sin fronteras que aspiraba a tener una única voz, a ser la defensora de los derechos humanos, de las libertades, de la democracia y líder en la cooperación con los países más desfavorecidos. Hoy, las cosas han cambiado, ya que el próximo mes de septiembre los 27 jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea se van a reunir con el objetivo de modificar el Tratado de Schengen. Se han dado cuenta de que la libre circulación de personas no es una buena idea, sobre todo cuando se producen revueltas en el norte de África y a los países de la Europa mediterránea llegan flujos masivos de inmigrantes que ninguno de ellos quiere acoger. Ahora son menos solidarios y buscan cómo dar marcha atrás. Por eso van a intentar ponerse de acuerdo para reintroducir temporalmente controles fronterizos dentro del territorio comunitario, al menos en los casos de flujos masivos de inmigrantes.

Este punto es uno de los acuerdos fundamentales para construir una Europa realmente unida y es una de las grietas que se suman a las crisis económicas que hoy amenazan la estabilidad social de países como Grecia, Portugal y la misma España, que ya registra niveles que rebasan los 4 millones de desempleados y que, grietas sumadas, generan una vía de agua que anuncia el naufragio de la Unión Europea. Como están las cosas, podría decirse sin exagerar que ni los mismos creadores del sueño de una Europa unida, creen en él. Aún así, hay que insistir en este primer paso de echar abajo las fronteras que solo sirven para dividir, la unión se dará con el tiempo.

Por ahora, los problemas migratorios siguen y se desbordan, lo que parece obvio por las noticias que todos los días se publican en los medios y es así porque no se pueden poner puertas en las playas ni barcos militares que impidan el arribo de las improvisadas barcazas que se desprenden de la costa norte de África rumbo a las de Europa y porque todos los países europeos con la suma de los Estados Unidos, están apoyando las revoluciones democráticas de sus vecinos africanos y del cercano oriente y porque impedir la inmigración sería una hipocresía y una falta de solidaridad y congruencia con los principios que dieron rumbo a la Unión Europea.

Italia, se dice, que ya va en 35,000 inmigrantes africanos en unas cuantas semanas y en cuanto puede les facilita el paso a Francia. Pero hay otra inmigración, silenciosa todavía, pero que al tiempo le hará otra grieta a la zarandeada Unión Europea: la que va llevando a trabajadores de los países con más desempleo, a los países con más riqueza económica. Como ejemplo, las oleadas de rumanos que llegan a España a realizar los trabajos de servidumbre y la pérdida de población neta de españoles. En el último año han emigrado de España 300,000 personas, seguramente en busca de mejores condiciones de vida; al mismo tiempo, han ingresado al país 270,000, lo cual resulta en una pérdida neta de población para España que no se presentaba en varias décadas.

Ojalá que la Unión Europea no se hunda. Que logre superar estas duras crisis económicas y de flujos migratorios que esta pasando. Hoy en día, sus logros son el mejor ejemplo que puede recibir la humanidad para vivir en paz y concordia con los pueblos vecinos. La unión es más fuerte que las individualidades. Pero es difícil. Si en nuestro país, una persona que no es nacida en el Estado que vive, no es totalmente aceptada, ¿cómo pedir que la aceptación plena ocurra entre países? En efecto, un mundo sin fronteras parece un sueño inalcanzable, pero vale la pena luchar por él.



TROPEZON

Un golpe de estado en Honduras, generó una carambola de tres bandas, de fantasía y trajo como consecuencia que la embajadora de ese país en México, al quedarse sin chamba, encontrara refugio en las manos de Marcelo Ebrard (él firma la nómina). Le saldrá caro saludar con sombrero ajeno: se habla de boda en puerta. La tercera es la vencida, porque un Presidente soltero, huele mal.



Madrid, Agosto del 2011

ricalmayab@hotmail.com

carlosricalde@elquintanarroense.com

Columnista

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