sábado, 1 de mayo de 2010

Futbol: Reglas para una Afición Defraudada

Salvo por honrosas excepciones y por las deliciosas botanas que uno ingiere sin tiempos de descanso, durante el desarrollo de un partido de futbol asociación, le queda a uno, al término del juego, una sensación frustrante por el aburrido deambular de los 22 jugadores en la cancha o por los frecuentes y a veces muy graves errores que cometen los árbitros habilitados como jueces, por obra de una Comisión que está integrado con representantes de los dueños de los equipos o, en juegos internacionales, por los silbantes designados por los tatiches de la FIFA.

Algunos de esos gazapos arbitrales alcanzan el rango de ofensa nacional como la mano de Henry con la que Francia eliminó a Irlanda del camino a Sudáfrica. La historia de las patadas registra varios casos garrafales. Errores que todos vemos y nadie corrige. Y, bueno, guste o no, el futbol es una actividad de interés nacional y por ello la importancia de opinar sobre el tema, particularmente hoy que da inicio la Liguilla del Futbol Mexicano y en junio próximo el Mundial de Futbol.

Para empezar, me declaro neófito en el juego y comparsa de la publicidad porque solo veo por TV o asisto, a los partidos que más se publicitan, esperanzado si no es que ilusionado, en que van a ser espectaculares y, en la mayoría de los casos, resultan normales, o sea, frustrantes. Caso concreto el partido (?) Milan-Barcelona del miércoles pasado, en el que el primero se encerró como ostra para defender 2 golecitos y lo logró. Pero no me debo quejar, ya que el transcurso del fraudulento partido (?) disfruté de varias siestecitas.

Sin embargo, también me declaro crítico observador de las cosas que no me parecen y que, como el último de los ciudadanos que les gusta el deporte, también meto mi cuchara buscando que los partidos sean más divertidos y más recordables y con eso paso a decir lo que me gustaría que ocurriese a fin de que el aficionado, mil veces defraudado, reciba un bálsamo de compensación:

  1. ARBITRAJE CON APOYO DE LAS CAMARAS: que los árbitros basen sus decisiones en lo que las cámaras les muestren y, para no hacer más lentos los partidos de lo que ya lo son, que los ajustes a sus decisiones arbitrales, los hagan en el intermedio y al final de cada juego. Así, se podrán anular goles dados por buenos o aceptar goles que fueron indebidamente anulados. La posición de la FIFA al respecto, es que no conviene permitir el apoyo de la tecnología porque el juego perdería su “sabor”, al eliminarse la posibilidad de la equivocación, inherente a todos los seres humanos y, por lo tanto, sugiero yo, a conservar la posibilidad de amañar los juegos.
  2. CAMBIOS DE JUGADOR SIN LIMITE: no se debe abusar de la capacidad física de los jugadores porque además de atentar en contra de su salud (lo cual es inhumano), a vista y paciencia de todo tipo de autoridades, reduce la energía con que se disputa el balón y desluce el espectáculo. Así, para que no se explote al jugador ni éste se “administre” durante el partido, deben darse todos los cambios que el entrenador juzgue necesarios. Que use a toda la banca y que haga 6, 7, 8 cambios, los que sean convenientes para mantener el dinamismo del partido.
  3. HABILITAR A TODOS LOS JUGADORES EN TIEMPOS EXTRA: si el partido llega a los llamados tiempos extras, durante los cuales el espectáculo ya se vuelve deprimente porque el público observa el sufrimiento del jugador que ya no puede ni respirar, que siente que el corazón se le sale del pecho y que los calambres lo agobian, entre otras muchas cosas, debe declararse que todos los jugadores que forman el equipo, tengan derecho a jugar de nuevo, como si el partido volviera a empezar, ya que de hecho así es.
  4. EQUIPOS COMPLETOS TODO EL TIEMPO: con el mismo fin de no demeritar el partido ni el equilibrio de fuerzas, el jugador que sea expulsado del juego, deberá de ser reemplazado inmediatamente. La gravedad de la expulsión deberá, en todo caso, ser analizada por un comité que determine la sanción que corresponda y que, como ya ha ocurrido, suspender a un jugador de por vida, si es el caso, de las canchas profesionales o amateurs. Naturalmente, esta propuesta da pie para realizar un debate específico sobre las alternativas de penalización para el equipo al que le expulsen un jugador. De hecho no debe de haber límite de expulsiones como no sea la capacidad de reemplazo de los que están en la banca.
  5. ELIMINAR O REPLANTEAR EL OFF-SIDE: lo que a los aficionados y no aficionados más nos gusta y más nos “prende” es, indudablemente, los goles que se aciertan en cada partido. Sin embargo, con la infortunada regla del “off-side”, nos dosifican los goles, los racionan, son poquísimos y los marcadores resultan en algo como 1-0, 2-1, o ya de plano ninguno, 0-0.¡Que quiten la aciaga regla del “off-side”! Lo exigimos el público que paga y sostiene el espectáculo. ¿No qué el cliente tiene la razón? Pues preferimos marcadores de 4-3, 5-2 o 9-6 pero nunca de 0-0. Entiendo que la regla del “fuera de juego”, se introdujo con la finalidad de adelantar las líneas y buscar más goles, superando así a los equipos “defensivos”, pero lo cierto, y lo que he visto, es que cada vez es más difícil anotar un gol.
  6. TIEMPO EFECTIVO: cuando concluye el partido el árbitro añade a voluntad unos minutos más como “tiempo de compensación”, lo cual indispone al público y genera cualquier tipo de sospechas por lo que respecta a favorecer a uno u otro de los adversarios. Esto se soluciona añadiendo la regla del tiempo exacto de juego, es decir, si se pactan 90 minutos de tiempo reglamentario, entonces cada vez que se detenga el juego por causas reales a tramposas de los jugadores, también deberá detenerse el reloj y reanudarse el conteo al tiempo que se reanuda el partido. Sin duda, esta regla hará transparente los partidos.
  7. NO MAS EMPATES: una más: que se acaben los empates. Ya se hizo un experimento en los Estados Unidos. No se como les fue pero me cuentan que la FIFA los paró en seco. Si el partido concluye 0-0 en el tiempo reglamentario de un partido, se debe pasar inmediatamente a definirlo en series de penales. Los puntos quedarían en 3 para el equipo que ganó en tiempo reglamentario y 1 para el que ganó en penales.

Ah!, que no suban el precio de las entradas en los juegos “buenos”. Que ya no le carguen la culpa de todo lo malo de un partido al bienintencionado nazareno. Que se ponga freno al despilfarro televisivo-publicitario: ¿Alguien puede calcular cuanto dinero se ha gastado, digamos los últimos dos años, en promocionar los tres partidos seguros que la “Verde” disputará en Sudafrica? ¿A cuanto ascenderán los beneficios? La pregunta que sigue, por obscena, no se puede publicar, pero no importa, usted la sabe.


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