sábado, 4 de septiembre de 2010

El Desinforme Presidencial

“Siendo las 17:53 horas en el salón Protocolo del recinto de San Lázaro, el Secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, entregó el IV Informe de Gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, que detalla el estado que guarda la administración pública federal, a la Comisión de Recepción del Congreso de la Unión encabezada por los presidentes de las Mesas Directivas de la Cámara de Diputados, Francisco Javier Ramírez Acuña y del Senado de la República, Manlio Fabio Beltrones Rivera.”

Así de formal y ceremonioso, estimado lector, fue la breve nota del comunicado de prensa que daba cuenta de tan importante documento para la República y tan venido a menos a causa de que no resiste la menor crítica, en particular cuando se contrasta contra la realidad a las cifras macroeconómicas que se presentan que, siendo ciertas en lo general, son inconsistentes con las carencias cotidianas que vive la mayoría del pueblo.

Es como si estuviéramos describiendo una nítida noche plagada de brillantes estrellas, casi nadie negaría que se trata de un bello y emotivo espectáculo, pero igualmente pocos negarían que de cerca las estrellas no son nada agradables, serían más bien como parajes pelones, inhóspitos, plenos de carencias y, sobre todo, tristes, muy tristes. Así puede ser la diferencia entre los planteamientos generales y las jodas particulares. Apenas el que las vive puede explicar lo que se siente.

Hagamos un sucinto recuento de lo que le platiqué a usted la semana pasada. Nos preguntamos que dirían en el IV Informe al respecto de los siguientes temas: ¿ya salimos de la crisis?, ¿se recupera el empleo?, ¿los precios no han subido?, ¿los salarios mejoran su poder adquisitivo?, ¿todos los mexicanos tienen ya garantizado el acceso a la atención médica? y ¿a la educación profesional? Aquí le adelantamos que todos estos temas serían mencionados y que la respuesta para cada uno sería positiva. También aseguramos que las respuestas a la pobreza, la criminalidad y el número de mexicanos hacia Estados Unidos con un sueño por equipaje en la mochila, serían de decrecimiento y tal cual lo dijeron.

Bueno, pues usted ya lo sabe, atiné a todas. Pero es que es muy fácil ser pitoniso, adivino o clarividente en este sufrido México. Cualquier chamaco que ya juegue a las vencidas en la calle le puede decir el contenido y el sentido de un Informe de Gobierno. Está bien, exageré, quise decir que hasta un analista de la bolsa de valores que cuando predice que una acción subirá de precio ocurre lo contrario, en el caso del Informe, nos dejaría helados por su nivel de precisión y predicción. Pero que no quede aquí, repacemos algunos temas.

¿Ya salimos de la crisis? Parece que sí. El presidente Calderón, destacó en su IV Informe de Gobierno que la economía mexicana, creció un 6.6 por ciento en el primer semestre del año, lo cual es un logro extraordinario considerando que el año pasado dicho indicador azotó espectacularmente a un menos 6.5%, como consecuencia de enfrentar la mayor recesión mundial en muchísimos años. Como quien dice, apenas volvimos al punto donde nos resbalamos el año pasado y por lo tanto, en el mejor de los casos, ha sido un año presidencial de recuperación y no de crecimiento.

¿Se recupera el empleo? Parece que si. El Presidente afirma que el PIB creció un 4.3% anual en el primer trimestre de este año y 7.6% en el segundo trimestre y que es la cifra más alto en los últimos 12 años y, yo le añado, muy probablemente la más alta a nivel mundial. Este punto no tiene mucha gracia, ya que cuando la economía mexicana pierde su nivel de competitividad por efecto de una crisis financiera, los productos mexicanos se abaratan en relación con los países desarrollados, principalmente de los Estados Unidos y ello provoca un aumento considerable de corto plazo en las exportaciones que se refleja positivamente en el crecimiento del PIB. En todo caso, los que se recuperaron fueron los exportadores y no los 575.163 empleos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social durante los primeros siete meses y medio de este año, sin mencionarse las bajas por lo que no podemos saber cual fue el efecto neto.

¿Los precios no han subido? Parece que no, más bien han bajado El Primer Mandatario declara que “en este Año de la Patria, en el que conmemoramos el Bicentenario del inicio de la Independencia y el Centenario del inicio de la Revolución, los mexicanos debemos sentirnos profundamente orgullosos de nuestra historia y de nuestras tradiciones, así como del trabajo que estamos realizando para construir el México fuerte que habremos de heredar a las generaciones por venir”. ¿Y los precios? ¡Ah, bueno! Si se mide por el índice de la inflación, vamos de poca marcha: en 2008, el índice general de precios registró una tasa de 6.53; en 2009 fue de 3.57 y ahora en 2010 va en 3.64. ¡Hombre!, que son 7 décimas, en serio, no es nada. Yo creo que el de los abarrotes y el de la carne y el del pollo que expenden sus productos en el mercado, no leen el Informe, porque le suben y le suben a los precios de la comida.

¿Los salarios han mejorado su poder adquisitivo? Parece que sí. Porque el Jefe del Ejecutivo en su IV Informe dice que México conserva la confianza entre los inversionistas internacionales tras recibir 12.239 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) en el primer semestre de 2010, un 23% más que la registrada en el mismo periodo del año anterior; asimismo, la cotización del peso recuperó un 16% de su valor, mientras que la bolsa creció más del 80%, ambos indicadores resultan de comparar los valores actuales a los momentos más críticos de marzo de 2009. ¿Y el salario, mejoró? Por otra parte, nuestro Presidente recordó la confianza y el apoyo de los mercados financieros a la política económica de México y mencionó al respecto, la renovación de una línea de crédito por 48.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI); además, aseguró que estos avances se alcanzaron gracias a su política económica de carácter anticíclico, responsable y oportuna sin deteriorar las finanzas públicas, como sucede en otros países y sucedió en el pasado en México. ¿Y el salario? El Gobierno Federal ha guiado todas sus acciones bajo el concepto de Desarrollo Humano Sustentable, que es el proceso permanente de ampliación de capacidades y libertades a fin de que todos los mexicanos puedan tener una vida digna sin comprometer el patrimonio de las generaciones futuras. Precisamente los avances en los ejes que conforman el Plan Nacional de Desarrollo, que requiere de acciones transversales en aspectos económicos, sociales, políticos y ambientales, persiguen este gran objetivo, a fin de que los mexicanos, sus familias y sus comunidades tengan más oportunidades para salir adelante.

- ¿Y el salario, con todo eso, mejoró su capacidad de compra? – Insistía Juan Pueblo.
- ¡Coño, que sí!
- Pues parece que no –Concluyó Juan, apesadumbrado.

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