sábado, 6 de noviembre de 2010

Las Pensiones: Un Fantasma recorre el Mundo (II)

ver la primera parte de este articulo:
La semana pasada le decía, apreciado Lector, que las pensiones no eran un problema, si no una justa retribución por la riqueza generada durante una vida laboral, que se hereda para el disfrute de la generación siguiente. Por lo tanto, no es un tema de cálculo actuarial si no de productividad y de mejor distribución de la riqueza. Decía también que es una obligación de la sociedad y del Estado y que los adultos de hoy no tardarán en verse en la situación en que se encuentran ahora los adultos mayores en cualquier país.

En México como en España, Francia o Alemania, antes de existir la seguridad social, las personas procuraban tener muchos hijos, porque de esa manera tendrían quien los mantuviera durante la vejez. En esa lógica, cuantos más hijos se tuviera, mas gente podría cuidar de uno cuando ya no pudiera valerse por si mismo. Lo que son las cosas, este principio fue la base con la que se inició el sistema de la Seguridad Social: cuanto más gente aporte, mejor se podrán mantener a los pensionados durante la vejez. Pero este principio, como ya hemos estado viendo, sobre el cual fue creada la Seguridad Social, se tambalea en casi todos los países del mundo porque, aseguran, la gente vive más y trabaja menos y un alto porcentaje de los que debían de trabajar, se encuentran en paro y, por si fuera poco, los jóvenes tardan más en tener familia y procuran tener muy pocos hijos.

Todo lo dicho en el párrafo anterior es cierto. El mundo está patas pa’rriba. Sin embargo, retomemos el tema de la productividad para mostrar como la producción de alimentos es más fuerte en la actual generación, a pesar de que proporcionalmente trabajen menos personas. Veamos el caso del maíz. En México se producen alrededor de 20 millones de toneladas y se importa una tercera parte. Durante siglos ha sido la base de alimentación del pueblo. En USA se producen algo así como ¡325 millones de toneladas! Su población es 2.5 veces mayor que la nuestra, pero ¡la producción de maíz es 16 veces más!

Y que hacen con esa producción, ¿se la comen? Sólo un poco, más bien se la beben. Porque dedican algo más de 100 millones de toneladas a la producción de etanol; exportan cerca de 60 millones y el resto, que ya lo quisiéramos, se lo dan a los animales como forraje. En México, el campo no es opción para el campesino. Muchos de ellos producen 200 kg. de maíz por hectárea (que sería una parcela grande) y tienen 5 hijos para mantener. Esta es una buena razón para abandonar el campo y engrosar las ciudades con albañiles y criadas. Hoy en día, solamente un 25% de la población es rural y si tuviera tierras y tecnología, produciría más que suficiente para dar de comer a toda la población y hasta a los animales. Pero no las tienen y ya sabemos que es posible apenas cruzando la frontera. Insisto, el “problema” de las pensiones y de muchos otros problemas del país, es la falta de productividad y, si usted me aprieta, también de probidad.

Como lo acabado de decir parece que no es posible en México, entonces, ¿qué cada quien ahorre lo suyo? Esta solución, al menos en países como México, va directo al fracaso, porque, ¿quienes pueden ahorrar en este país? ¿Si el 80 por ciento vive al día y unos 30 millones de mexicanos viven en pobreza aguda? Si no se tiene una fuente de trabajo formal, ¿quién va a aportar recursos para constituir un fondo de pensión? Y la gente que gana de 1 a 3 salarios mínimos durante toda su vida, con inflaciones superiores a la tasa de interés, ¿qué institución le va a garantizar que al menos esa cantidad recibirá cuando se pensione? Se dice que el Estado garantiza que al menos el trabajador reciba un salario mínimo. Yo, estimado Lector, a reserva de que continuemos discutiendo este tema, le diré lo que pienso:

1. Cuando trabajé en las Afores acepté la idea de que el sistema de reparto no era justo, puesto que nadie sabia que pasaba con sus ahorros y que de esa bolsa tomaban para darle a uno, aunque podrías merecer más si hubieras conocido tu cuenta y cuantos intereses habías ganado, amén de que el Gobierno no hubiera podido meterle mano a esos ahorros.

2. Surge entonces la nueva idea de las cuentas individuales y que supieras exactamente cuanto tenias en tu fondo para pensionarte, cuanto estabas ahorrando y cuantos intereses te estaban pagando y como era tuyo, de tu propiedad, personal, igual que tener una cuenta bancaria, nadie te lo podía escamotear. Y esa idea le estuvimos diciendo a la gente para que se afiliara con nosotros, tuviera o no tuviera capacidad de ahorro, contara o no con un trabajo formal.

3. Apenas se agotó el número de personas afiliables, se empezó a transmitir un sentimiento de ansiedad al trabajador, en el sentido de que las pensiones tal como estaban ahora no serian suficientes para llevar una vida digna cuando llegara el tiempo de la jubilación, Luego habría que aumentar por tu cuenta la cantidad a ahorrar, aportar más si querías jubilarte con una pensión decorosa. Seguramente esto es cierto, pero si es difícil para los pocos que tienen capacidad de ahorro, ¿significa entonces que los que no la tienen y que son la mayoría de los trabajadores, sus últimos años en la pobreza?

4. Un país se construye entre todos sus habitantes y el Estado es la figura que administra los recursos para satisfacer sus necesidades. Un país democrático y solidario DEBE GARANTIZAR A TODOS SUS HABITANTES EL ACCESO A LA seguridad social, independientemente de si se cotiza o no.

5. La salud, la educación y las pensiones debe ser gratuita y a cargo del Estado, financiadas con impuestos (ojo evasores) y, por el particular hecho de cumplir 65 años, todo mexicano debe quedar exento de todo tipo impuestos, tenencias, derechos, etc.; disponer del seguro medico social, de disponer de una cuota de exención de pago de los servicios publicos (p ej agua x num. de metros3; luz. x num. de kw; vales por 20 kg de gas al mes; ayuda para renta o hipoteca si no tiene casa propia; y un cierto número de salarios mínimos en función de sus dependientes económicos, de por vida.

6. Se debe socializar la vejes. Por lo menos ahí todos deben ser iguales. Todos los de 65 años en adelante deben recibir lo mismo. El que quiera más, ahí si, que haya sido por el producto de sus ahorros personales durante su vida laboral.

La mejor garantía para tranquilidad emocional de los jóvenes y adultos en edad productiva, es que estén seguros de que no tendrán que disponer de dinero para sostener, ayudar o mal ayudar a sus padres. Que ese “problema” esta resuelto socialmente y lo pagan entre todos y que no tendrán que quitarle el pan a sus hijos para darlo a sus padres. Y que, por último, podrán esforzarse y concentrarse en la formación, desarrollo y consolidación de su propia familia y de su país.

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