sábado, 30 de octubre de 2010

Las Pensiones: Un Fantasma recorre el Mundo

Mire usted lo que son las cosas, toda una historia de trabajo para que, en los que deben ser los mejores años de la vida, porque son los últimos, nos vengan con el cuento de que las finanzas públicas o la economía nacional o la carabina de Ambrosio están en riesgo de colapsarse, debido a que cada vez hay más viejitos y que son más correosos porque viven más tiempo y que los fondos no alcanzan para pagarles una pensión hasta que cuelguen los tenis. Lo peor son las soluciones que se plantean que van desde la privatización total del sistema pensionario hasta retrasar el tiempo para pensionarse y aumentar las aportaciones para el pago de la pensión. (Viñeta: Enric Jardí).

El tema da para parafrasear a Marx en el Manifiesto del Partido Comunista: “Un fantasma recorre el mundo: el fantasma de las pensiones”. Y así es, ya que prácticamente no hay país en el orbe donde no se esté ventilando el “problema” de las pensiones y la amenaza que representa para el equilibrio de la economía de cada país al afectar, dicen, otras partidas del gasto público que impactan en el bienestar de la sociedad.

Lo más reciente son las públicas protestas, de jóvenes y viejos en Francia, duramente reprimidas, debidas a la propuesta del gobierno de Sarkozy de incrementar la edad de jubilación del trabajador francés, aumentando a partir del 2018, de 60 a 62 años la edad mínima legal para dejar de trabajar y, para cobrar una jubilación al 100% en el 2010, habrá que tener 65 años con aportaciones durante 40.5 años y, a partir del 2012, de 41 años. La reforma prevé también elevar la edad de jubilación a 67 años. Aprobado el numerito por el congreso, el trabajador no tendrá otra que trabajar más para aportar más y ser más viejo para poder pensionarse al 100 %.
El punto es que el sistema de pensiones está estrechamente relacionado con los mercados financieros, desde que alguien descubrió, que es un maravilloso negocio el que los trabajadores depositen religiosamente durante toda su vida laboral, una cierta cantidad de dinero sin derecho a retiro, a fin de “gozar” de una pensión por el resto de la vida. Estas ideas han sido exponenciales a través de los medios informáticos contribuyendo a crear una atmósfera de incertidumbre y temor respecto de como será sufrida su existencia en el futuro, sin trabajo y sin dinero. Como es previsible, los bancos, compañías de seguros y organizaciones especializadas como las Afores, están machacando sobre el tema de la ansiedad, para salir disparado, usted y yo, a comprar una promesa privada que nos restituya o nos complemente una pensión.

Se dice que el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), cerca de un 10%, destinado al pago de pensiones es cada vez mayor y por tanto insostenible. La privatización de las pensiones es una buena salida según el gobierno y, los bancos, que no saben cuanto ganarán en un año, nos hacen cuentas de lo que recibiremos por una pensión dentro de 30 o más años. El caso es que si no se toma esta medida, las pensiones absorberán recursos públicos que el país necesitará para otros fines como pueden ser la salud, educación o infraestructura, por ejemplo. Esta explicación parece lógica y razonable. Pero, por muy lógico y razonable que parezca este argumento, ello no quiere decir que haya menos recursos en México para los pensionistas que 30 o 50 años antes. Todo lo contrario, hay muchos más y en próxima entrega haremos un poco de numeritos para demostrarlo.

Por otra parte, el retraso de la edad de jubilación es injustamente regresivo a nivel segmento laboral, puesto que las personas que están en los niveles superiores de ingresos viven más años que las personas de más bajos ingresos. O sea, que además de que te la pasaste muy jodido durante tu juventud, de remate, más viejo y más cansado, vas a trabajar unos años más. Pero tal parece que lo más grave, es asegurar que el sistema de pensiones puede colapsarse por falta de cotizaciones de suficientes trabajadores.

Cuantos métodos se inventan para esconder que la lucha de clases se nutre de la mala distribución del ingreso, como es el fomentar una lucha de generaciones en cuanto a los fondos que se requieren para que los jóvenes solventen las necesidades de los viejos. El sistema de pensiones es uno de los programas públicos más aceptados de cualquier país por la sencilla razón de que los viejos son los padres de los jóvenes y que por tanto, las pensiones son una garantía de estabilidad para los que hoy están trabajando y sus propios hijos. Si las cotizaciones sociales no fueran suficientes en algún momento, el Estado tiene la obligación de financiarlas directamente con impuestos que pagan los hijos de los pensionados, que además deben de ser todos, “haigan o no haigan” cotizado.

¿Porqué de pronto se han “apestado” las pensiones y el sistema de reparto? Porque en manos del gobierno no es negocio para el sector privado. La gente se cree que el dinero que le quitan de la nomina es un dinero que administran las afores y lo guarda el estado para que el día de mañana le paguen la pensión. Lo segundo es rotundamente falso. El dinero que te quitan cada mes de la nomina es un dinero que va a parar al bolsillo del que actualmente esta jubilado. ¿Alguien de verdad puede asegurar a un joven que empieza su vida laboral el día de hoy, cuanto le pagarán realmente cuando se jubile? ¿Y en todo caso para que le va alcanzar? Hay que revisar el sistema de las Afores, aún no está acabado.

Mire hasta donde llega lo “apestado”: el propio Rector de la Universidad Autónoma de Querétaro declaró campechanamente que las finanzas de la UAQ están en riesgo debido a que el rubro de pensiones consume el 20% de su presupuesto. ¿Pero porqué los viejitos ponemos en riesgo a la UAQ y no las compras de papelería o el cuidado de jardines o la construcción de estacionamientos? ¿Por qué el concepto de déficit presupuestal se aplica a las pensiones y no, por ejemplo, al gasto militar o a las rentas de oficinas públicas o a las obras de infraestructura carretera? ¿Por qué cuando hay desastres naturales el déficit del fondo para tales contingencias se compensa con dinero público? Porque así debe de ser, por humanidad y solidaridad. ¿Y porqué no a las pensiones que son un merecimiento?

¿Por qué cuando los banqueros han quebrado el sistema financiero y puesto en riesgo el ahorro de los ricos, el gobierno crea un salvador FOBAPROA con cargo a varias generaciones de mexicanos y no puede generar recursos para el sistema de pensiones, si éste entrara en crisis? ¿Y porqué las Afores propuestas como solución al “fracaso” del sistema de reparto no pueden garantizar las pensiones? Porqué si no saben que pasa en el presente, menos lo que pasará en el futuro. La única garantía es la que puede dar la propia sociedad ejerciendo su soberanía y mandato a través de su instrumento ejecutor que es el gobierno y no al revés. Las pensiones son un merecimiento y no un problema.

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