sábado, 12 de noviembre de 2011

La Cumbre de Calderón


En pocos días, el Presidente Calderón ha escalado los picos más altos del mundo con tal soltura que deja perplejos a los alpinistas mas avezados, tozudos y valientes. A conquistado tantas cumbres que ya debiera alguna cordillera llevar su nombre, por ejemplo, el Nudo Mixteco, podría denominarse el Nudo de Calderón. Homenajes aparte y realidades presentes, el Primer Mandatario ha coronado la Cumbre de Negocios en Querétaro, la Cumbre Iberoamericana en Asunción y la Cumbre del G-20 en Cannes. A recorrido unos 36,000 kilómetros (casi una vuelta al mundo) en tan solo un par de semanas y llevado la voz de México ante los más encumbrados hombres de negocio y poderosos mandatarios a los que, obviando tropezones, les ha dicho sus verdades. Juzgue usted:

 En Querétaro expuso que en la clase política al parecer hay un problema mexicanísimo, el del Son de la Negra: “A todos diles que sí, pero no les digas cuándo. Así me dijiste a mí. Porque hay quienes se oponen abiertamente, otros se oponen de palabra y obra. Otros las apoyan decididamente, con palabra y obra, y hay otros que las apoyan de palabra, pero no las apoyan de obra, es decir, hay quien dice que sí, pero la afirmación no está correspondida con la decisión política de hacer; es un poco el problema mexicanísimo”. Que gente, estimado Lector, y por eso el Presidente instó de nueva cuenta al Congreso para que en la recta final de su gobierno legisle sobre las reformas pendientes y “seamos capaces de derrotar los miedos, los complejos, los prejuicios, los nacionalismos exacerbados, ..." Aseguró que al país para poder crecer, le es apremiante aprobar las reformas laboral, energética, de asociaciones público-privadas, de propiedad rural, de telecomunicaciones y de transparencia. Verdad de Perogrullo, por lo evidente, pero hay que repetirla porque algunos no la quieren ver.

 En Asunción declaró, respecto de la deuda europea, que "primero, los acreedores, los tenedores de esos bonos tienen que asumir su responsabilidad, y asumir su responsabilidad significa asumir sus pérdidas. No tiene por qué, toda la comunidad internacional, o menos la gente más pobre de muchos países, porque finalmente desigualdad hay en unos países más que en otros, pero, prácticamente, en todos, asumir los costos de esa irresponsabilidad de quien los gobierna y de quien les presta, también, a esos irresponsables. Más allá de lo que diga una calificadora, si uno ve que un país tiene 170 por ciento de su PIB en deuda, y todavía le presta más dinero, bien sabe que está corriendo un riesgo, y lo que le motiva es tener tasas de interés jugosas para hacer un negocio financiero. Y a la hora que ese país no puede pagar, finalmente tiene que asumirse esa pérdida y esa responsabilidad. En buena parte, fue parte de la solución que hubo en América Latina, y creo que es de lo que tiene que haber en Europa." Verdad a medias, pero verdad al fin.

 Finalmente, en Cannes, ante el G-20, el Presidente declaró, en relación al tema de la ecología,  primero y del comercio enseguida, que: "realmente admiro el compromiso que tienen los países europeos en cuanto a la reducción de las emisiones, pero es importantísimo, crucial para la humanidad que la economía más grande del mundo, los Estados Unidos, y los emisores más grandes del mundo, China, establezcan, también, un acuerdo formal. Finalmente, esto definirá el futuro de la humanidad."   "El segundo problema relacionado con el comercio, es muy difícil hablar de eso, pero necesitamos el comercio libre y comercio justo. Y hoy en este mundo no existe un comercio justo. Por qué. Porque tenemos mucha manipulación de divisas, que está provocando enormes desequilibrios en el comercio y en las economías. Y eso es la fuente más importante de la crisis." Verdad pura.

 En resumen: se puede deducir de la conferencia dictada en Querétaro, que los políticos son ladinos en lo general, lo cual es una gran verdad y el Congreso es su hábitat para darle a todo el mundo atole con el dedo; en la Iberoamericana quedó muy claro que cada entidad debe hacerse responsable de sus riesgos y sus deudas, las cuales no tienen porque pagarlas la gente pobre; y, finalmente, China y Estados Unidos son los contaminadores más agresivos del medio ambiente y, a través del comercio, una fuente de inestabilidad mundial. Puras verdades, en serio, le duela a quien le duela.

 Pero las cosas no paran en Cannes y a pesar de la descomposición mundial, en junio próximo México será el organizador de la cumbre del G-20, teniendo con ello el Presidente Calderón, su propia cumbre, su lugar ante la historia, su verdadera tesis profesional ante un sínodo universal de chuchas cuereras y la oportunidad de cerrar su balaceado mandato, ante la expectación de la paisanada que estaremos muy pendientes de lo que dirá y que, esperamos, sea un discurso trascendente, con visión de estadista que, en su persona, todos los mexicanos tendremos el honor de presidir, amén de que servirá como marco escenográfico para su despedida del gobierno y del país. Hay quienes aseguran que voluntariamente se auto-exiliará. Hombre, tan bonito que es México.

 Tropezón
El Presidente declaró en la inauguración de la semana nacional PYME que "(México) no es una economía que este dando problemas". ¿Qué? Se pregunta uno como no creyendo que el Presidente pueda decir algo así. Enseguida, aunque trastabillando, continua: "o sea fuente de problemas en el mundo, si no que al contrario, es una economía aliada ...".  Poco antes dijo que "a pesar de todo y de nuestros problemas, (es) una economía fuerte, una economía que crece, una economía con baja inflación, una economía que genera empleos, una economía que genera confianza y que bla, bla, bla, entre otros importantes indicadores. El desempleo, las balaceras, la corrupción y la inseguridad, no se ven, son cosas sucias que se meten debajo de la alfombra. Oscuridad en casa, farol en la calle.

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