viernes, 26 de febrero de 2010

El Enemigo de la Cumbre de la Unidad

Decíamos que los pueblos latinoamericanos están unidos y así han permanecido por muchos, muchos años. Decíamos también que el principal obstáculo para lograr la unidad de la región, está en los pequeños grupos gobernantes y empresariales que tienen importantes diferencias que frenan tan importante como necesario propósito. A esta observación. Añadimos que también hay intereses extrarregionales que les conviene que nuestros países se mantengan así, desunidos política y económicamente.

Digamos ahora, como consecuencia de lo anterior, que el enemigo principal de la unidad latinoamericana lo tenemos adentro, y decimos esto sin menospreciar la virulencia del enemigo externo para quien, nuestra desunión, representa jugosos negocios como la venta de armas, tecnologías de segunda, créditos atados y, para colmo, entre otros muchos, la venta de alimentos.

Nuestro principal enemigo interno se desdobla en dos caras, la ignorancia y la codicia y, desde luego, esta última se aprovecha de la primera. En tanto los presupuestos públicos no se orienten a ser aplicados con generosidad a la educación e investigación, el desarrollo de nuestros pueblos continuará con pasmosa lentitud.

¿De donde sacaremos los recursos? Se ha dicho muchas veces que no se trata de gastar más, si no de hacerlo mejor. ¿Entonces para que se gastan 60 mil millones de dólares en América Latina (Cifra mencionada por el Presidente de Costa Rica, que no tiene ejército) en soldados, armas y equipamiento bélico? ¿Acaso es parque nos sentimos amenazados por nuestros hermanos y pueblos vecinos? ¿O porque en el fondo nos queremos aventar una guerrita con los primos de Norteamérica? Claro que no. Se quiere un ejército pero para usarlo en contra de cada uno de nuestros pueblos, para defender los “intereses nacionales”, ¿intereses de quien? Si la mayoría estamos muertos de hambre y el único interés es tener para comer.

El caso es que esta y muchas otras distorsiones presupuestales y estrategias de comercia exterior, solo serán resueltas de fondo si Latinoamérica se integra en un bloque social, económico y político. El primero ya está resuelto por la fuerza de la historia y del origen. Los otros dos deben avanzar de manera seria a partir de la accidentada Cumbre de la Unidad realizada en Playa del Carmen, México, constituyendo un grupo de Secretarios Especiales de Estado, dependiendo directamente del Presidente de cada país, cuya única función sea trabajar de tiempo completo por la integración de Latinoamérica. Europa los está haciendo y con base en esa experiencia debemos de hacerlo mejor.

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