jueves, 3 de marzo de 2011

EL HOMBRECITO

Desde mi ventana,

Cuando la tarde me pone triste,

Me llegan voces párvulas como las aves

Que forman nubes

Y que veloces rasan los techos,

Rumbo al árbol amigo

Que amoroso cobija sus nidos.


Es la voz de un hombrecito,

No por suave menos firme

Y si por nueva siempre alegre,

Y mi corazón, que decae con la tarde,

Recupera el brío y lo siento sonreír.


El hombrecito, solo, todo el día,

Entre tanta gente

De una escuela que lo adoptó;

La madre, en el trabajo para darle de comer

Y el padre, no se sabe, voló, voló y voló.


Aún no cumple tres veranos

Y ya es el hombre de la casa.

A su madre la consuela

Con la mejilla en la mano,

Él no sabe porque llora

Pero siente que sus besos

Le devuelven la esperanza.


Desde mi ventana veo al hombrecito

Subir feliz la escalera de su casa.

Paso firme, voz de mando,

Y su madre a sus espaldas

Y yo los veo con tristeza

Y nada hay que pueda evitarlo.

¡Otra vez la tarde, otra vez el duelo!


Cuando viene a visitarme

Me pregunta si lo quiero,

Yo le doy unas galletas, unos dulces y un abrazo,

Y quisiera convertirme

Un minuto, un momento,

No su amigo, no su abuelo,

¡Si no el padre que ha perdido!


CERP

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