lunes, 31 de octubre de 2011

La Cumbre del Poder y del Dinero

Estimado Lector, ya estoy de vuelta en nuestra tierra, aclaración que hago suponiendo que usted se hubiera dado cuenta de mi lejanía. Fueron 93 días, algo más, algo menos, da igual, pero los días que fueron esta vez me pesaron mucho. Conclusión 1: cuantos más años se cargan en la espalda, más duele alejarse de la casa; conclusión 2: cada vez que haya oportunidad de viajar, hay que hacerlo con gran alegría, pero el regreso hay que festejarlo con una felicidad desmedida. Nada mejor que los frijolitos de la casa y compartir los problemas y las esperanzas con nuestros vecinos y amigos de siempre y encontrarse al regreso con grandes novedades, como la Cumbre de Negocios que se realiza en Querétaro para beneficio, ahí se dijo, del pueblo de México. Que bonito.
Y que bueno que se propicien esas reuniones con títulos rimbombantes como socializar en una cumbre y hacer negocios desde lo más alto, tan alto que los de abajo ya no se distinguen y por lo mismo dejan de ser motivo de preocupación. Al cabo, como el dinero se avienta desde arriba algo les tocará a los que se quedaron a ras del suelo en espera de los acuerdos que se tomen en la cúspide. Lo menos, caray, como están las cosas, es que se generen las suficientes oportunidades de empleo para saldar las cuentas con tantos y tantos Indignados sin trabajo que se manifiestan en todo el mundo.
Sin embargo, hay cosas que desconciertan por el rumbo que toman eventos que se anuncian como de negocios y terminan en políticos. Tal vez es por la fuerza del viento ya que estamos en temporada de huracanes. ¿Qué hacen los políticos en reuniones de negocios? Sabemos que le entran a todo lo que produce una ganancia y que le cargan las pérdidas a cualquier pretexto externo imposible de prever, según ellos, pero tomar la copita en un evento tan difundido, entre abrazos, chascarrillos y ajenjo, como los bohemios de Guillermo Aguirre y Fierro, con los dueños del dinero y de las comunicaciones televisivas, no tiene nombre. Que esperan los políticos en esta Cumbre de Negocios, ¿qué les costeen sus campañas?; y los empresarios, qué ganan con abrirles la puerta, ¿Qué los exenten de impuestos? ¿Qué les den concesiones?
 Se puede entender que el Presidente de la República acuda a esa punta del cerro para dar un mensaje de aliento y certeza a los ciudadanos empresarios que la integran, es correcto y es un derecho democrático, es más, se entiende también que pudiera participar el Secretario de Economía y el Gobernador del Estado puesto que es un tema que les atañe a ambos y que se efectúa en la sala de la casa pero, los que ya ni chamba tienen, como Peña, aunque aspiren a una grandota, o Beltrones o González Morfín o Navarrete, como coordinadores parlamentarios de sus respectivos partidos, ¿qué hacen ahí?, ¡quemando la cumbre!, porque los mexicanos ya no creen en la clase política. Hasta Sarmiento lo dice.
 La falta de credibilidad se asoma en este vals donde los anfitriones bailan muy sonrientes con los meseros. La gente del dinero en el pináculo, nunca antes se dio cuenta de los talentos de muchos políticos hasta que no los vio en la cima del poder. Así, los empresarios los reclutan, les soplan el ego, les obsequian con unos buenos dólares, los mantienen de su lado y siguen haciendo lo que quieren. Este amasiato, que no maridaje, es lo que provoca unas cumbres borrascosas, en la borrasca no se distingue bien lo que pasa, así que medio vemos y medio entendemos que sin sonrojo alguno se empleen en el sector privado políticos como Lula, Uribe, Arias (Premio Nobel), Guillermo Ortiz, Fox, Cedillo, Aznar y Tony Blair entre otros. ¿Quiénes manejan los medios de pago en cada país? Los empresarios. ¿Quiénes lo autorizan? Los Congresos. ¿Dónde se cocina? En la cumbre.
 Hace algunos días fuimos de los primeros en señalar que atrás de los dimes y diretes del aumento en la compra de acciones de REPSOL por PEMEX, se estaba adoquinando el camino para que REPSOL invirtiera en PEMEX. Pues ya hay más luz sobre el tema, en la medida que Peña Nieto se manifestó en la Cumbre de Negocios en contra de los monopolios (PEMEX es un monopolio), además de que aprovechó para exponer su decálogo económico para cuando inicie su gobierno el próximo año, ¿o no?. Y bueno, en su turno, se notó que a Guillermo Ortiz no le importa el voto electoral, porque aún siendo empleado de Banorte le da línea al gobierno indicándole que debe aumentar el IVA y realizar una reforma laboral entre otras cosas. Obvio, no le dijo al gremio bancario como aumentar el flujo de crédito a la población, ni como bajar las tasas de interés y, menos aún, como erradicar el perverso juego de la especulación financiera que derrumba gobiernos y asfixia el bienestar y las esperanzas de los ciudadanos. 
 TROPEZON
Eduardo Pérez Mota, titular de la Comisión Federal de Competencia, afirmó en la IX Cumbre de Negocios que “se han heredado monopolios del estado a particulares”. Parece que esto le dolió a Ricardo Salinas Pliego, quien en vez de responder al tema, se puso de ejemplo: “(yo) era un humilde empresario con 54 tiendas de la cadena Elektra. Hoy tengo 2000 tiendas, una cadena televisiva y un banco que no existía. Nadie me puede hablar de competencia… Yo no digo cosas. Yo simplemente hago”. Sencillito.

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